La finalidad de estas inspecciones, que se hacen con una periodicidad mensual, es "evitar la posibilidad de que se realicen vertidos a la red de saneamiento más contaminantes de lo permitido". Así lo indicó la responsable de esta delegación municipal, la concejala Mª Àngels Ramón-Llin, que señaló que así se asegura "en todo momento, que las aguas que circulan cumplan los estándares de calidad exigibles".

Con esto se pretende controlar la calidad de las aguas que circulan por las diferentes conducciones, como colectores, alcantarillas y acequias de la ciudad. Además, se lleva a cabo un análisis más exhaustivo en las zonas de vertido que puedan presentar una carga contaminante excesiva como son, por ejemplo, mataderos, lavaderos de vehículos o tintorerías, destacó el consistorio.

Para la realización de estas analíticas, agregó, el Ciclo Integral del Agua cuenta con dos camiones-laboratorio, Unidades de Control de Calidad de Aguas Residuales (UCCAR), que permiten tanto la detección de vertidos al alcantarillado como el análisis in situ de las muestras.