En una nota, la compañía indicó que la construcción de este nuevo oleoducto permite aumentar la capacidad de transporte para asegurar un "adecuado" nivel de suministro de productos petrolíferos en la zona centro del país.

Esta nueva infraestructura forma parte del plan de expansión y reforzamiento de la red de transporte de hidrocarburos de CLH previsto en el Plan Estratégico de la compañía y cuenta con las "más modernas tecnologías para su gestión y control vía satélite desde el 'dispatching' o centro de control central de la firma", según afirmó.

Así, se trata de una conducción de acero al carbono de 14 pulgadas de diámetro cuyo trazado discurre por las provincias de Sevilla y Córdoba en su mayor parte paralelo al oleoducto actual. Además, dispone de todas las medidas de protección propias de este tipo de instalaciones "por lo que no conlleva ningún tipo de impacto medioambiental".

Esta infraestructura energética cuenta con equipos y procedimientos para su protección, además de instalaciones complementarias a la conducción, estaciones de bombeo, válvulas de seccionamiento, estaciones y sistemas de protección catódica, sistemas de comunicaciones y señalización del trazado del oleoducto.

Según destacó, para la realización de estas infraestructuras CLH mantiene una política de gestión medioambiental "muy rigurosa" que se aplica desde el inicio del proyecto, influyendo en todo el proceso de desarrollo y de toma de decisiones, con el fin de corregir los posibles impactos medioambientales.

Con la puesta en servicio de este nuevo oleoducto, el Grupo CLH dispone de una red de oleoductos de más de 4.000 kilómetros de longitud que conecta las refinerías peninsulares y los principales puertos con los centros de almacenamiento ubicados cerca de los puntos de consumo, así como de 37 instalaciones de almacenamiento y 29 instalaciones aeroportuarias, con una capacidad de más de siete millones de metros cúbicos.