Facultativos aragoneses estudian en una expedición al Himalaya cómo responde el cuerpo humano a más de 5.500 metros

Profesionales médicos del Hospital Clínico Universitario 'Lozano Blesa' de Zaragoza estudiarán en una expedición al pico Annapurna, en el Himalaya, cómo responde el cuerpo humano en alturas superiores a los 5.500 metros.

Los alpinistas Carlos Pauner, Javier Pérez y el portugués Joao García colaboran en este proyecto, financiado por el Gobierno de Aragón, en el que se estudiará desde varios puntos de vista el comportamiento de los deportistas en alturas superiores a los 5.500 metros, ha informado el Departamento de Salud y Consumo del Gobierno de Aragón en un comunicado.

Para ello, los doctores José Ramón Morandeira y María Antonia Nerín participan en esta expedición que les conducirá a tierras del Himalaya. Allí recogerán los datos biomédicos y psicológicos necesarios para este estudio, que el Grupo de Investigación Salud y Montaña del Gobierno de Aragón comenzó en 2008.

"Los objetivos serán la asistencia médica a los expedicionarios y a la poblaciones de la zona, así como continuar con los proyectos de investigación que desarrollamos conjuntamente la Universidad de Zaragoza y el Hospital Clínico a través del grupo de investigación Salud y Seguridad en la Montaña, apoyado por el Gobierno", ha señalado la doctora Nerín.

De esta forma, se pretende desarrollar la medicina de montaña en todas sus facetas, para mejorar en la asistencia y la prevención de accidentes, ya que una vez se analice la respuesta de los montañeros, los resultados se trasladarán al ejercicio del alpinismo y la escalada para así tratar de disminuir el índice de siniestralidad en estos deportes.

El proyecto de investigación se basa principalmente en el estudio de actividades de seguridad de montaña, analizando el deterioro de las habilidades del pensamiento en altitudes distintas y la capacidad de reacción del montañero.

Por ello, en el Hospital Clínico "estudiamos el deterioro neurocognitivo, es decir, cómo se modifican y se ven alteradas las habilidades del pensamiento", ha indicado Nerín.

Distintas pruebas médicas

Los alpinistas rellenaron un cuestionario psicológico antes de comenzar la expedición. Después, esas mismas preguntas las volverán a contestar a más de 6.000 metros de altura y una vez finalizada la expedición.

"Con esta prueba hemos observado que a cierta altura los montañeros piensan peor y esto puede afectar en la toma de decisiones; saber pensar en altura es fundamental", ha precisado el psicólogo Pedro Allueva.

Estas pruebas se complementan con los resultados de una resonancia magnética que lleva a cabo el equipo del doctor Ignacio Pina. "Ahí se ven unos puntos blancos o señales hiperintensas con las que se estudia si hay algún tipo de correlación entre lo que se ve en la resonancia y los resultados del test psicológico", ha expuesto Nerín.

Falta de oxígeno en altura

Otro de los estudios en que se está trabajando y que desarrolla el Servicio de Oftalmología que dirige el doctor Javier Ascaso consiste en ver cómo las capas de las células nerviosas de la retina se ven afectadas por la hipoxia en altitud (falta de oxígeno en altura).

"Valoramos cómo afecta el daño de la hipoxia y el esfuerzo de los himalayistas a la capa de fibras nerviosas de la retina; los ojos son como una especie de ventana que nos permite ver el tejido nervioso en vivo y en directo y así podemos extrapolar a través de la retina el sufrimiento que está teniendo el tejido cerebral", ha dicho Javier Ascaso.

Asimismo, en esta expedición al Annapurna se van a valorar los posibles daños que produce la hipoxia en el músculo cardiaco. Para ello, en el Servicio de Cardiología del doctor Rubén Casado se encarga de realizar una exploración a los alpinistas para confirmar su adecuada condición física y una argometría para comprobar que no haya una respuesta hipertensiva.

Estas investigaciones también permiten controlar mejor el problema de las congelaciones, ya que se puede medir la coagulación y así evitar lesiones.

Todas esta pruebas sirven para detectar el desgaste que ha sufrido el organismo y permitir planificar medidas médicas y de salud en el ámbito de la montaña. "El hecho de conocer las patologías a las que nos vamos a enfrentar los médicos y los alpinistas y saber actuar es muy importante", ha remarcado Nerín.

Centro de referencia

El Hospital Clínico Universitario 'Lozano Blesa' empezó a realizar a partir de los años 90 del siglo pasado los reconocimientos médicos a los alpinistas que realizaban expediciones a grandes montañas, ha recordado el Departamento de Salud y Consumo de Aragón.

En 2004, el hospital comenzó un proyecto a nivel nacional de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) para estudiar por qué alpinistas experimentados perdían la vida a grandes alturas. Entonces se creó el grupo de investigación Salud y Seguridad en la Montaña.

En 2008, se desarrolló el proyecto Himalaya 2008, la primera Expedición Científica Aragonesa al Himalaya, donde se recogieron datos y se analizó la capacidad de respuesta de los montañeros de cuatro expediciones diferentes.

Fueron las expediciones al Mera Peak, de 6.476 metros de altitud, del Grupo Sexagenarios, del 17 de marzo al 7 de abril; ascenso al Island Peak, de 6.189 metros, del Club Pirineísta Mayencos; expedición al Lhotse, de 8.516 metros, del Grupo Militar de Alta Montaña, en los meses de abril y mayo; y ascenso al Everest, de 8.848 metros, del Grupo de Carlos Pauner, entre abril y mayo.

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