De este modo, sobre las 13.30 horas, fue encontrado el cuerpo sin vida del buceador, a unos treinta metros de la entrada de la cueva y a más de seis metros de profundidad, una zona que, según el responsable de los GEAS, no está cartografiada y es muy peligrosa, debido a que las burbujas de aire que emanan del fondo enturbian el agua y la convierten en lodo.
Asimismo, el responsable de este grupo aconsejó que, en el futuro, se prohibiera la entrada a esa zona a buceadores que no fueran expertos, por la peligrosidad de esas aguas y por la poca visibilidad de las mismas.
En total, en las labores de búsqueda, participaron cerca de 30 efectivos de la Guardia Civil, 13 de ellos buceadores de los GEAS. Además, esta tarde el forense levantó el cadáver, aunque no ha trascendido ningún dato, y se ha abierto una investigación por parte de la Policía Judicial para esclarecer los motivos de la muerte del buceador murciano.
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