Han sido muchos años de zanjas, máquinas y escombros, pero «ha valido la pena», decían ayer los vecinos  que acudieron a la inauguración. Los 12.200 residentes del barrio, construido en la década de los cincuenta por el boom industrial, gozarán de cuestiones tan básicas como una rampa para acceder a sus viviendas, el aspecto de la rehabilitación que más destacan los vecinos.

 

«En muchos edificios había escaleras para entrar al portal; para las sillas de ruedas era imposible», explicaba ayer Fernando Martín, un vecino del consejo de distrito. Apenas disponían de zonas ajardinadas y pasar de una calle a otra podía ser toda una odisea. «Había muros al lado de las viviendas que sólo permitían pasar a una persona», señalaba.

 

El Ayuntamiento dio el impulso definitivo a las obras en 2003. En los diez años anteriores sólo se había abordado el 40% de la reforma. Tras acordar la reurbanización con los vecinos, se acometieron el resto de las obras: aceras, parques, aparcamientos... Otxarkoaga, donde también se han construido centenares de viviendas, es ya un barrio más en el Bilbao del Guggenheim.

 

Una nueva zona en expansión

 

Los más de 30 millones de euros invertidos en la rehabilitación de Otxarkoaga han servido también para la reforma del Mercado del Chino, para levantar pisos de VPO y para regenerar la zona también en el aspecto social. Pero los vecinos han planteado un nuevo proyecto en los últimos meses. Quieren enlazar las calles Arbolantxa e Irumineta en la parte alta, una de las zonas en expansión del barrio.