La Guardia Civil y la Agencia Tributaria han interceptado 2.513 kilos de cocaína, que iban a ser introducidos a través del Puerto de Valencia en contenedores procedentes de Colombia y México, cuyo destino eran empresas situadas en la Comunidad de Madrid y provincia de Barcelona. Han sido detenidas tres personas.

La operación comenzó en febrero, tras localizar en una empresa ubicada en Humanes de Madrid un contenedor que supuestamente transportaba generadores eléctricos y en el que se descubrieron paquetes con 400 kilogramos de cocaína. Este hallazgo motivó que se procediera a contactar con las unidades de análisis de riesgo de la Guardia Civil y la Agencia Tributaria para localizar la procedencia del contenedor, lo que permitió localizar otro en el Puerto Seco de Coslada (Madrid).

Los agentes descubrieron que contenía otros 600 kilos de cocaína en el interior de varias sacas. En la documentación correspondiente al contenedor se declaraba que transportaba refrescos gaseosos. Los dos contenedores habían sido introducido en España a través del puerto de Valencia, por lo que también intervino la Guardia Civil valenciana, que continuó con la investigación junto con los agentes de Vigilancia Aduanera.

En el puerto valenciano, inspeccionaron 15 contenedores, logrando localizar en un doble fondo practicado en uno de ellos 1.212 kilos de cocaína, cuyo destino final era una empresa de Viladecans (Barcelona). Se ha logrado detener al receptor de la mercancía y a dos personas más, por su implicación en los hechos, todos  españoles.

La última actuación tuvo lugar el 8 de marzo, con la incautación de otros 301 kilogramos de cocaína, ocultos en un contenedor cuya documentación declaraba transportar bebida gaseosa. La droga había sido introducida por el método denominado del gancho perdido, que consiste en meterla en contenedores cuyo destino son empresas ajenas al narcotráfico. Una vez que la mercancía está en el país de destino, los narcotraficantes están pendientes de recoger la droga intentando pasar desapercibidos.

Este método permite a los delincuentes ahorrarse los sobornos y los sueldos a los intermediarios, aunque les obliga a estar muy pendientes de la recogida de la mercancía. La droga intervenida se encuentra depositada en dependencias oficiales de la Guardia Civil de Madrid y Valencia, dándose la operación como concluida.