Los ladrones suelen ser chicos jóvenes que los usan para cometer pequeños robos o para realizar carreras ilegales. «Los usan hasta que se les agota la gasolina y luego los abandonan», explican fuentes de la Policía Nacional.

Los cacos suelen decantarse por modelos antiguos y de fácil apertura, como el Opel Kadett, el Ford Scort y modelos viejos de Opel Corsa, que no cuentan con bloqueos especiales.

Los coches aparcados en vías poco transitadas y en solares son los que más peligro corren. También se registra un gran número de sustracciones en los alrededores del Ebro, sobre todo en Echegaray y Caballero, y cerca del puente del Pilar.

Para abandonar el coche eligen también descampados y zonas cerca de autovías, como La Camisera, en Oliver, o alrededores del puente de la autopista en el Actur.

En algunos casos, los vehículos aparecen con golpes o rayados, e incluso a veces, quemados. En esa situación, al propietario no le queda otra opción que acudir a su compañía de seguros para tratar de resarcirse.

Otro tipo de robos, aunque menos habituales, son los de vehículos de alta gama, de marcas como BMW, Audi o Mercedes.

En este caso, los ladrones pertenecen a grupos organizados que manipulan los bastidores y venden los coches en el extranjero.

Pasos a seguir tras un robo

La Policía recomienda acudir a la comisaría más cercana a denunciar la sustracción lo antes posible, para evitar verse inplicado en ningún delito. Los agentes tomarán los datos y lo incluirán en una base de datos para avisarle cuando localicen al vehículo. En este caso, el propietario debe volver a la comisaría en la que denunció para recoger un justificante y poder recuperar el vehículo en el depósito municipal. También puede dar de baja temporalmente a su coche en la Jefatura Provincial de Tráfico presentando el resguardo de la denuncia.