El Imedea realiza un estudio sobre los posibles efectos del cambio climático en el Mediterráneo en los próximos 100 años

Un grupo de investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Aavanzados (Imedea) analizará los posibles efectos del calentamiento global en distintos escenarios climáticos que podrían darse en el litoral mediterráneo y atlántico durante los próximos cien años.

En este proyecto participarán, además del grupo del Imedea, un centro mixto de investigación de la UIB y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quienes tratarán de hacer una estimación de cómo evolucionarán la temperatura, la salinidad, las corrientes marítimas, el nivel del mar y el oleaje en el litoral español a lo largo de este siglo.

El conocimiento de los impactos físicos que el cambio climático producirá es fundamental para regiones costeras como la balear y las del resto del Estado español, ya que buena parte de la economía del país se sustenta en actividades que dependen directamente del litoral. Esta información puede ser vital a la hora de elaborar previsiones, proyectos de gestión ambiental o de diseño de playas e infraestructuras costeras, por ejemplo.

En el caso de la temperatura, los riesgos para el litoral provienen del impacto que puede tener sobre los ecosistemas, como las migraciones de poblaciones de peces o la mortalidad de otras que no pueden migrar con tanta rapidez, como es caso de la posidonia. Respecto al nivel del mar, los riesgos proceden de la posible subida del nivel y de la alteración de los fenómenos extremos.

En el ámbito mundial ya se dispone de estudios similares que ha realizado el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC en sus siglas en inglés), un organismo creado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para analizar la información sobre el cambio climático y sus riesgos.

Gracias a estos estudios se sabe, por ejemplo, que el nivel del mar está aumentando globalmente a un ritmo de dos milímetros cada año y que se acelerará durante este siglo. Así, el IPCC prevé que a finales de este siglo el nivel del mar podría situarse entre los 20 y los 90 centímetros por encima del actual. No obstante, este crecimiento no será uniforme en todo el planeta y dependerá de los cambios que se produzcan en el forzamiento atmosférico regional y en la circulación marina.

Uno de los aspectos prioritarios del estudio es, además de predecir el aumento del nivel del mar en el Mediterráneo, cuantificar cada uno de los procesos que dan lugar a esta evolución, es decir, el incremento de masa derivado de la fusión de los hielos continentales, las variaciones de volumen producidas por los cambios en la temperatura y la salinidad de los océanos, y la contribución atmosférica y de los vientos.

Así, un ejemplo de la diferente evolución del nivel del mar se observa en el Mediterráneo, donde diferentes estudios apuntan que entre los años 1960 y 2000 el nivel aumentó mucho menos en la zona mediterránea (1,2 centímetros) que globalmente (6 centímetros). La explicación reside en que la presión atmosférica en el sur de Europa experimentó un aumento significativo en los años sesenta y noventa y provocó una subida del nivel del mar.

Estos modelos son fiables en el ámbito mundial pero en el local era necesario buscar otros más específicos, que es el objetivo del estudio del Imedea.

Si el proyecto del Imedea tuviera éxito se dispondría por primera vez de predicciones regionales bajo diferentes supuestos de emisiones de gases de efecto invernadero. Los resultados del mismo se harán públicos para que puedan ser utilizados libremente tanto en el ámbito científico como en el de la gestión. Así, un ejemplo será su aplicación en el proyecto de rehabilitación de la Playa de Palma que precisa de esta información para diseñar la reforma de sus puertos y de la costa, por ejemplo.

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