Unos cuantos años han transcurrido desde que películas como Los Goonies, E.T., el extraterrestre y, sobre todo, Los bicivoladores –aquella que supuso el bautizo de Nicole Kidman– popularizaron en los ochenta esas pequeñas bicicletas tan amigas de los saltos, los obstáculos y las acrobacias: las bicis de BMX.
Variante del ciclismo nacida en Estados Unidos a partir del motocross, el BMX creció, desarrolló diferentes modalidades y acabó entrando en el programa olímpico. Los Juegos de Pekín supusieron su estreno y el letón Maris Strombergs y la francesa Anne-Caroline Chausson lograron sus primeros oros.
El segundo camino olímpico, el que conduce a Londres, se inicia este sábado en el Palacio de los Deportes de Madrid –sede por tercer año consecutivo–, donde se disputa la primera de las cinco pruebas de la Copa del Mundo de BMX.
El campo de batalla será un circuito de 305 metros y 11 zonas de diferente dificultad técnica. Entre los 120 contendientes de 20 países destaca el estadounidense Sam Willougby, actual campeón mundial.
Las bazas españolas estarán en el madrileño Pablo Galán, al que 20 minutos visitó en su club, el Activo de Móstoles, para conocer más de este deporte, y el extremeño Rafael Álvarez de Lara.
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