El juez Baltasar Garzón defendió este jueves su "inocencia absoluta" y la "regularidad" de su actuación en la investigación que abrió en relación con las desapariciones durante el franquismo y aseguró que no teme sentarse "en el banquillo de los acusados".

El Tribunal Supremo (TS) confirmó este jueves la decisión del magistrado de este órgano Luciano Varela de no archivar la causa contra Garzón por declararse competente para investigar las desapariciones durante la Guerra Civil, despejando así la vía para sentarle en el banquillo por prevaricación.

"Aunque a muchos les gustaría ver esa imagen, me defenderé y demostraré la inocencia que siempre ha presidido mi actuación", declaró el magistrado de la Audiencia Nacional, quien reconoció este jueves que por el momento no ha leído el auto del Tribunal Supremo en el que se desestima su recurso al auto de Varela.

Argumentos de la defensa

No obstante, el magistrado señaló que por lo que le comentó su abogado, en el auto no se entra a valorar ninguno de los argumentos que planteaba su defensa. "Creo que era un recurso muy fundamentado, con argumentos de fondo, de forma, con alegación de jurisprudencia internacional y, por tanto, eso al parecer no ha sido valorado hasta el momento", añadió el juez.

Garzón consideró que el Supremo ha entendido que todavía no es el momento de hacer esa valoración, algo que en su opinión "tendrá que hacerse" y para lo que "habrá que esperar".

Reconoció también que asume la situación "no con agrado, aunque no me queda más remedio" y añadió que tiene claro cuál ha sido su acción y su actuación: "se trata de la interpretación de unas normas que son defendidas no solo por mí, sino por muchos otros juristas".

El juez, que mostró todo su apoyo a las víctimas del franquismo, dijo que es posible que a algunos les gustaría verle sentado en el banquillo, pero declaró que los jueces son como cualquier otro ciudadano, deben cumplir las normas porque la aplicación de la ley es igual para todos.