El patio del Palacio de Velarde del Museo de bellas Artes de Asturias, en Oviedo, acoge estos días la exposición de las tres obras con las que cuenta el centro cultural del pintor y escultor Joaquín Vaquero Turcios, fallecido el pasado día 16 de marzo en Santander.

Una de las obras es 'La Catedral de Pisa (c. 1960), aguada sobre papel, de 700 por 930 milímetros, que ingresó en 1980, recién inaugurado el Museo, procedente de la antigua Diputación Provincial. También se pueden contemplar, de la serie 'Las Puertas de Nishapur' (c. 1982), dos piezas de posición variable, ejemplar I/III, piedra, de 31 x 42 x 2 centímetros, que ingresó en 2005 al depositar el Ayuntamiento de Oviedo el legado del coleccionista asturiano Andrés Tamés del Valle.

Por último, también está presente 'La mesa' (2003), un acrílico sobre tela, de 200 x 200 centímetros, que ingresó en 2009 procedente de la aportación del 1% Cultural aplicado por la Consejería de Cultura y Turismo del Principado de Asturias.

El propósito del Museo es ampliar en el futuro esta representación con vistas a las nuevas salas de arte asturiano del siglo XX que la ampliación ya avanzada del Museo propiciará. En la vitrina situada junto a las obras pueden verse alguno de los catálogos de exposiciones y de las monografías dedicadas al gran creador asturiano.

Ciudad natal de su esposa

El pintor Joaquín Vaquero Turcios, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, falleció el pasado 16 de marzo, a los 77 años, en Santander, tierra de la que es su mujer, la poeta Mercedes Ibáñez, y que visitaba con frecuencia, al ser un "enamorado" de las pinturas prehistóricas y un experto en las cuevas de Puente Viesgo.

De hecho, era un habitual del Ciclo de Conferencias que organiza cada verano la Sociedad Prehistórica de Cantabria, y tenía una casa cerca de ellas, en la zona de Penilla de Toranzo.

Su fallecimiento se produjo en Cantabria de modo casual, ya que se encontraba de visita y tuvo que ser sometido a un tratamiento, primero domiciliario y luego en el Hospital Universitario 'Marqués de Valdecilla'.

Además, y aunque nacido en Madrid, en 1933, Joaquín Vaquero estaba fuertemente ligado a Asturias, donde tenía las raíces paternas, como hijo que era del pintor y arquitecto Joaquín Vaquero Palacios. Su madre, Rosa Turcios Darío, era sobrina del gran poeta nicaragüense Rubén Darío.

Con su tierra de origen, Joaquín Vaquero mantuvo hondas relaciones y aquí plasmó algunas de sus mejores obras, desde el gran mural de la Central Hidroeléctrica de Grandas de Salime, ya en el lejano 1955, hasta las esculturas situadas en espacios públicos de Gijón o el gran mural del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, pasando por el Cauce (1977), popularmente conocida como 'El cuélebre', en el centro de la autopista 'Y'.