Lofts, viviendas con aire industrial

  • Empezó siendo una alternativa económica a la vivienda tradicional, pero a día de hoy se ha convertido en un lujoso modo de vida.
  • Pabellones industriales o bajos inutilizados se han convertido en la cuna del diseño de interiores.
Los muebles en los lofts, mejor pocos y grandes.
Los muebles en los lofts, mejor pocos y grandes.
FOTOCASA
Los muebles en los lofts, mejor pocos y grandes.

Se trata de espacios grandes, en los que el aire industrial es el protagonista del espacio. Algo que puede interesar conservar. Los techos altos son su huella personal, y por ellos discurren instalaciones que, como las del aire acondicionado, lejos de disimularse, se potencian convirtiéndolas en focos decorativos absolutamente relevantes.

Según recomiendan en Fotocasa los materiales fríos contribuirán a la conservación de ese aspecto industrial que inicialmente se respiraba en la nave.

Gracias a su brillo y a la ausencia de juntas, los suelos de cemento pulido, ayudan a amplificar espacios. Para distinguir las “estancias” de un loft, se puede optar por usar diferentes tonalidades para teñir el suelo de cemento.

Debido a la frialdad de los suelos de hormigón, las alfombras son fundamentales. A su cargo podemos dejar la tarea de poner el punto de color al salón o dormitorio y además, por medio de ellas también conseguiremos separar visualmente cada espacio.

Respecto a los muebles, pocos y grandes. La colocación de una cantidad excesiva de piezas dará como resultado un aspecto desordenado, ya que veremos todos de un solo golpe de vista.

Distribución de ambientes

Los espacios diáfanos son la causa o la consecuencia de los lofts, pero aún dispuestos a vivir en un solo espacio que cubra todas nuestras necesidades, hay tareas que precisan de una cierta intimidad. La búsqueda del espacio personal dentro del compartido, en ausencia de tabiques, requiere creatividad.

A falta de ladrillos, sirven todos aquellos métodos de separación que se nos ocurran:

  • El biombo es una herencia oriental que gana fuerza día a día ya que nos permite unir o separar estancias en función de la actividad a desarrollar. Es una opción cómoda y ligera y que no conlleva el compromiso de un tabique, que perdurará “por siempre y jamás” en el mismo lugar.
  • Un mueble colocado estratégicamente cumplirá doble función. Una librería abierta por ambos lados separará ambientes permitiendo el paso de la luz a la vez que sirve para almacenar libros, adornos, figuras… La trasera de un armario ropero, decorada como si de una pared se tratase, se convertirá en un tabique divisorio si lo colocamos en el centro de la habitación.
  • Las mamparas de cristal quizá han sido la última incorporación al mundo de la separación. Son idóneas en espacios de estética vanguardista. Los vidrios se presentan transparentes, translúcidos, rotos, coloreados… Además, podemos usarlos como base, y colocar sobre ellos pegatinas o vinilos, transformándolos de esta manera en piezas con un importante peso decorativo en nuestro hogar.
  • Existen paneles textiles y de papel decorados que enrollados en el techo no ocupan espacio, pero desplegados actúan como si de un tabique se tratase, empapelado a nuestro gusto. Tienen la cualidad de que se pueden convertir en un elemento con una alta carga erótica. Detrás del panel, se intuye lo que sucede… pero solo se intuye.
  • Cortinas a base de cuentas de colores, abalorios, láminas de plástico unidas con anillas formando un panel, tiras de tela de colores… son soluciones rápidas y económicas pero igualmente decorativas.

Colores, elemento clave

Es aconsejable utilizar una paleta cromática reducida, pero de colores muy intensos. En la cocina y el baño, son adecuados los colores brillantes, como rojos, naranjas o verdes, que contrastarán con la frialdad del hormigón y además potenciarán esa sensación de lugar aséptico que debe inundar los lofts.

En las zonas de estar es preferible utilizar tonalidades más frías y suaves.

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