Las obras de construcción de las rampas y escaleras mecánicas para acceder al funicular del Río de la Pila darán comienzo a lo largo del mes de abril, según anunció hoy el concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, quien informó de que la Mesa de Contratación ha propuesto la adjudicación provisional del proyecto a la empresa Corelia, por un presupuesto de 1.079.542 euros.

Díaz señaló que 22 empresas presentaron sus ofertas para ejecutar estos trabajos, que se prolongarán durante un plazo de siete meses, por lo que la actuación se prevé que esté finalizada antes de que acabe el año.

El concejal explicó que este proyecto permitirá mejorar la accesibilidad del Río de la Pila y de todo su entorno, al conectar a través de escaleras y rampas mecánicas el final de esta calle con el tramo ya existente de escaleras mecánicas para acceder al funicular.

Se construirán dos rampas, las primeras que se instalan en la ciudad al aire libre, de 21,7 metros de longitud cada una, y una escalera mecánica de 11 metros. De esta manera, se salvará un desnivel de 12 metros.

Díaz destacó la mejora de la movilidad y la accesibilidad que se está llevando a cabo en el Río de la Pila y su entorno, con actuaciones como la puesta en marcha del funicular, que permite un acceso fácil y cómodo tanto a General Dávila como a los puntos de parada intermedia de Prado de San Roque y la calle San Sebastián, la construcción del puente entre esta calle y Francisco Giner o la próxima instalación de un conjunto de escaleras mecánicas en el barrio Santa Teresa.

Además, está a punto de empezar la construcción de un centro cívico y cultural en el número 27 del Río de la Pila, que supondrá dotar a todo la zona de un espacio de encuentro, convivencia y cultural, con nuevos servicios y dotaciones, como biblioteca, ludoteca, salas para reuniones y actividades o un auditorio.

A estas mejoras de accesibilidad y dotaciones se suman las obras de regeneración urbana que se han llevado a cabo en las calles San Simón, Macías Picavea, Laredo, Sol y Valliciergo, que han transformado la fisonomía del barrio.