En este sentido, fuentes del caso informaron a Europa Press de que la vista oral ante un jurado popular finalizó hoy martes en la Audiencia Provincial de Sevilla con la declaración de los peritos forenses y los peritos biólogos, tras lo cual las distintas partes personadas en el proceso presentaron sus conclusiones finales.

De este modo, la representante del Ministerio Público ha pedido para el acusado del crimen del Pumarejo 17 años y seis meses de prisión por un presunto delito de asesinato, rebajando su petición inicial de 20 años al estimar la atenuante de trastorno mental, mientras que la acusación particular solicita 20 años de cárcel por el asesinato y la defensa la libre absolución del encartado.

La decisión del fiscal se produjo después de que los peritos forenses que examinaron al acusado dictaminaran que, el día de los hechos, éste tenía sus facultades mentales "levemente" alteradas. Por su parte, los peritos biólogos señalaron que el destornillador supuestamente utilizado para cometer el crimen no contenía huellas ni restos biológicos, aunque "pudo ser limpiado" a tal objeto.

En el día de ayer, cuando comenzó el juicio, el acusado negó los hechos —"¿cómo iba yo a hacerle eso a un amigo mío desde pequeño?"— y aseguró que fue un ciudadano extranjero el que agredió a la víctima, precisando que la noche de los hechos escuchó cómo la víctima discutía con este extranjero "por cosas de droga". "La discusión comenzó de palabra y terminó en pelea", indicó.

Tras precisar que constató "por el acento" que la persona que acompañaba a José era extranjera, el encartado aseguró que, cuando vio la pelea y observó que el presunto agresor "llevaba algo" en la mano, "se metió por medio", cogiendo el destornillador del suelo y entregándoselo a los agentes policiales que llegaron al lugar de los hechos, e incluso "ayudó a meter a la víctima en la ambulancia".

De igual modo, aseveró que la noche del crimen "estaba en sus cabales" y no había consumido sustancias estupefacientes, a pesar de que ha consumido droga durante 32 años de su vida, y señaló que, actualmente, está siendo sometido a tratamiento psiquiátrico y recibiendo medicación.

Los hechos

Por otro lado, dos testigos —una pareja que el día de los hechos pasaba por el lugar— identificaron "sin ningún género de duda" al acusado como la persona que esa noche acabó con la vida de José, que "únicamente se limitaba a retroceder y a intentar esquivar los golpes" del encartado, del que destacaron "su cara de odio y de querer hacer daño".

Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación, consultado por Europa Press, los hechos tuvieron lugar sobre las 21,30 horas del día 23 de diciembre de 2008, cuando el encartado, por motivos que se desconocen, inició una discusión verbal con la víctima en la plaza del Pumarejo, "lanzándole varios puñetazos y patadas" que J.V.M. "se limitó a tratar de esquivar anteponiendo sus manos y retrocediendo".

En este sentido, señala que, en un momento dado, "de forma absolutamente sorpresiva y novedosa para la manera en que la pelea se había iniciado y se estaba desarrollando", el acusado "se sacó un destornillador que escondía entre sus ropas y, con la intención de acabar con la vida de la víctima, le lanzó una primera puñalada a la altura del cuello para, acto seguido y tras propinarle una fuerte patada en los testículos, asestarle una segunda puñalada en la misma zona".

Así, el fiscal indica que, a consecuencia de las heridas que ambas puñaladas le provocaron, "mortales de necesidad", J.V.M. cayó inconsciente al suelo, donde el imputado "le dio multitud de patadas en la cabeza y en el abdomen, y también le pisó el cuello en repetidas ocasiones", siendo detenido poco después por la Policía en la calle San Luis.