Háblanos un poco de tu libro, ¿de qué trata? La trama es un pulso entre un nigromante y un cuentacuentos y todo el peso de la acción cae en un joven herrero llamado Curdy, el Pelirrojo. ¿Por qué ambientarlo en la Baja Edad Media? Se trata de una trama en torno a Carlomagno, el último carolingio. Es una época en la que los cultos paganos estaban muy vivos y esos cultos son el sustrato de la literatura fantástica actual. Es un buen punto para empezar a meter fantasía. ¿Te has inspirado en algún autor que te guste? Sí, mi ídolo es Tolkien. Le debemos la conversión del cuento de hadas tradicional en la novela de fantasía. Es vergonzoso que no le diesen el premio Nobel. ¿Ha sido difícil para un autor tan joven abrirse paso en el mundo de la literatura? Sí, y en literatura fantástica más aún. Es una red muy cerrada. A mí me desestimaron el libro en una editorial, así que lo importante es no desanimarse. Al final, el juez supremo es el público y llevamos 10.000 ejemplares vendidos.