Nuestros propios Oscar: 7 categorías que no existen, pero deberían

Mejor Director, Mejor Película, Mejor Actriz Principal... Todos estos premios, y muchos otros más, se repartieron anoche en la gala de los Oscar 2012. Por lo cual, a toro pasado y tras haberos ofrecido la información pertinente, es el momento de preguntar: ¿a que da pereza? A nosotros, la verdad, sí. Porque, ahora que la Academia de Hollywood parece cada vez más anquilosada, nos parece que las categorías de siempre se le están quedando un poco pequeñas a sus galardones. En pro de que los Oscar no inicien un declive que parece anunciado tras sus últimas dos ediciones (por mucho bótox que se ponga Billy Crystal) en CINEMANÍA nos ponemos las estatuillas por montera para entregar estos no-premios a gente que, aparte de merecérselos, no ha sido nominada este año en las categorías mayores (y casi que en ninguna de las otras?

¿Por qué le premiamos? Porque el pandillero filme de este colaborador de Edgar Wright parece un trabajo del John Carpenter de finales de los 70, o de alguno de esos maestros de la serie B ochentera capaces de estirar al límite un presupuesto minúsculo y sacar un gran partido de actores con poca trayectoria. Por eso, cuando recordamos que es la primera vez que Cornish se pone tras una cámara, y que lo suyo (aparte de escribir guiones) es la radio, no podemos sino admirarle por su cuento de canis londinenses y "monos-lobo hijoputas del espacio".

¿Por qué la premiamos? Por si hiciera falta recordarlo, la interpretación de Woodley (con sus 20 años) y su forma de llevarle la contraria a George Clooney nos parecen de lo mejor que el filme de Alexander Payne puede ofrecer. Aunque esta californiana ha tenido aquí su primer papel de importancia en cines, no está de más recordar que cuenta con una sobrada experiencia delante de las cámaras, habiendo intervenido durante cuatro años como prota de la serie Vida secreta de una adolescente.

¿Por qué le premiamos? Atención, lectores, porque este trofeo va para quienes pensáis que Elle Fanning debería haberse llevado el premio anterior. La hermanita de Dakota tiene un apellido ilustre y una larga carrera pese a su corta edad, pero Joel es una sorpresa de las de verdad. No sólo se ha portó mejor que bien la superproducción de J. J. Abrams y Spielberg, sino que es un debutante que se asoma por primera vez a la pantalla. Y, para colmo, se le da genial poner la 'cara Spielberg'. Normal que los estudios de Hollywood se lo rifen.

¿Por qué le premiamos? En dura competencia con la apertura de Las aventuras de Tintín, este cineasta tan genial, y siempre tan menospreciado por la Academia, se lleva el premio cinemaníaco al mejor encabezamiento de un filme. Porque, si la aventura motion capture de Spielberg nos ofrece un uso modélico del 3D (combinado con el 2D) y un musicón de John Williams, Fincher demuestra que, en lo que a resumir el tono y el argumento de sus filmes en unos pocos minutos, no le gana nadie. Y, si de musicones hablamos, esa versión de Led Zeppelin a cargo de Karen O y Trent Reznor nos da ganas de irnos a Suecia, ponernos piercings y aprender informática avanzada.

¿Por qué la premiamos? ¡Sorpresa! ¿A que todos esperábais ver en esta categoría a Harry Potter y las reliquias de la Muerte? Pues va a ser que no: pese a unas expectativas tirando a bajas, que sólo levantaba el nombre de Brad Bird en la dirección, el regreso de Ethan Hunt se nos ha metido en el bolsillo. Tom Cruise demuestra estar más en forma que nunca (¡y sin dobles!), Jeremy Renner da el pego tanto como sidekick como en el rol de posible reemplazo, y Simon Pegg es el secundario cómico que todo blockbuster debería tener. Sumando esas secuencias de acción con el sello Pixar, ¿no se merece este filme su premio? Como diría el propio Ethan: "¡Nos ha jodido!".

¿Por qué lo premiamos? Un artrópodo, un abdomen humano y la palabra "sick" ("enfermo" o "asqueroso", en inglés). Se puede diseñar más alto, pero no más claro: este filme, inédito aún en España, se ganó su puesto en nuestra galería de mejores carteles de 2011 gracias a su parquedad de elementos, los cuales dejan bien claro que estamos ante la película de terror más grimosa estrenado el año pasado. Y no seguimos, que nos da mucha tiricia.

¿Por qué lo premiamos? Básicamente, porque no le van a dar un premio en ninguna otra parte, y menos aún en los Oscar. Por eso, tras incluirle en nuestras apuestas para las nominaciones y fallar miserablemente (no decimos si nosotros, o los votantes de los Oscar), el genio del motion capture se lleva una doble nominación en nuestra categoría. Más le vale a la Academia fijarse en él, porque está cada vez más claro que los trabajos de Andy nos muestran el futuro. Y que él, además, es un intérprete como la copa de un pino.