Las obras de este camino, que han contando con una inversión de 985.655,35 euros, han consistido en el trazado de una senda peatonal de 1,5 metros de ancho y unos 5 kilómetros de longitud, dividido en dos tramos, uno de 3,4 kilómetros que discurre cerca del cauce del río, y otro de 1,6 kilómetros a lo largo de una cornisa situada a unos 60 metros de altura por encima de la cota del cauce.

El trayecto, según informaron fuentes del MARM, incluye elementos de alto valor paisajístico y patrimonial, como una presa romana, distintos restos del sistema medieval de riegos de la vega de Teruel y las gargantas que encajonan el río, que han obligado a habilitar pasaderas colgantes en la roca en varios tramos del recorrido.

En concreto, el acondicionamiento de este camino ha permitido poner en valor elementos patrimoniales que hasta ahora eran poco conocidos por su difícil acceso, como la denominada 'caseta de los moros', que era un molino de origen medieval, el azud del Balsón Grande, el azud de la Acequia del Cubo y la presa del Arquillo, antiguo azud romano que dio nombre al embalse.

Como elemento paisajístico destacan distintas especies de árboles y arbustos, que están dispuestas en bandas paralelas a lo largo del cauce del río, según sus necesidades hídricas y su resistencia a la salinidad.