La Consejería de Cultura, a través de la Dirección General de Bienes Culturales, va a incoar en lo próximos meses el procedimiento para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Monumento, y de forma individualizada, de otras diez de las 20 estructuras publicitarias conocidas como los Toros de Osborne localizadas en la comunidad andaluza.

Así, y según la información facilitada a Europa Press, las estructuras que se van a incoar en los próximos meses serán el Toro de Fuengirola, el de Vélez-Málaga y el Toro de Casabermeja, en Málaga; el Toro de las Cabezas de San Juan (Sevilla), el de La Campana, el de Lora de Estepa, el de El Castillo de las Guardas y el Toro de Castilleja del Campo, en Sevilla; y el Toro de Albolote y el de Güejar-Sierra, en Granada.

La incoación de estas diez estructuras —cuyo expediente se realizará de forma individualizada por provincias— se sumará a la de los toros de las provincias de Jaén, Córdoba y Almería, cuyos expedientes se incoaron el pasado 17 de noviembre y que están en proceso de tramitación. Estos tres estructuras son la número IX del término municipal de Córdoba y las ubicadas en los términos municipales de Santa Elena (Jaén) y Benahadux (Almería).

En este sentido, hay que destacar que desde el momento en que se incoa un expediente cada uno de los Toros cuenta ya con la misma protección que si estuvieran inscritos en el Catálogo General de Patrimonio Andaluz, como BIC, con la tipología de Monumento.

Asimismo, tanto las tres estructuras publicitarias cuyo expediente está en proceso de tramitación como las diez que se incoarán en los próximos meses no presentan diferencias "significativas" entre ellas, y entran en la tipología de toros gigantes, con una altura de 13,13 metros, que permite divisarlos desde mayor distancia. La única excepción de entre los 20 toros existentes son los dos situados en Alcalá de los Gazules, en Cádiz, que corresponden al tipo toro grande, con 6,54 metros.

La Consejería de Cultura está trabajando en la protección de estas 20 estructuras de los Los Toros de Osborne porque a su juicio, constituyen un símbolo de identificación colectiva en el territorio, con distintos valores históricos, sociales, artísticos, constructivos, estructurales y paisajísticos, motivos por los cuales se integrarán en el Catálogo General, y se les dotará de la máxima figura de protección —al declararlos Bien de Interés Cultural—.

El resto de estructuras publicitarias que la empresa ha ido colocando en los últimos años "no se van a proteger", según informaron desde la Dirección General de Bienes Culturales a Europa Press, porque "no cumplen con los requisitos para ser incluidas en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz", indicaron.

De estructura publicitaria a objeto artístico

La imagen de los Toros de Osborne, diseñada por Manuel Prieto Benítez (1912-1991), nació como una estructura publicitaria para pasar a convertirse en objeto artístico, siendo un ejemplo ilustrativo del 'pop-art' contemporáneo mientras funcionó como reclamo de Osborne. Esta pieza así concebida supuso una noción rompedora de los valores clásicos definitorios de la 'autenticidad', entendida como lo antiguo, único y excepcional.

Desde el punto de vista antropológico, el Toro de Osborne constituye un "potente" símbolo, como tótem del Estado español, pero también un "referente" identificador de Andalucía, trascendiendo el soporte estético de la marca. La imagen proyectada esquematizada del toro de lidia representa un símbolo de buena parte de la cultura andaluza, plasmada en los rituales taurinos, herederos de la mediterraneidad.