Según un informe elaborado por esta entidad colegial, en colaboración con la Dirección General de Tráfico (DGT), el 80 por ciento de la información que recibe el conductor le llega a través de la vista, toda vez que el 90 por ciento de las decisiones de la conducción dependen de la visión.

Junto a ello, el delegado en Sevilla del Colegio de Ópticos de Andalucía, Javier Rodríguez, alertó de que el campo visual "puede experimentar una reducción de hasta 75 grados a medida que se aumenta la velocidad", un hecho que, junto a otros factores como la fatiga, el consumo de alcohol, la falta de reflejos o las condiciones atmosféricas "multiplica el riesgo de accidente".

Además, y según los ópticos andaluces, la proporción de accidentes mortales crece notablemente durante la noche, ya que la agudeza visual "se reduce en un 70 por ciento", al tiempo que el sentido de la profundidad se hace "siete veces menos eficaz".

Por ello, aprovechó para recordar que la normativa de la DGT establece que para obtener o prorrogar la licencia de conducción se requieren unas determinadas aptitudes psicofísicas en cuanto a capacidad visual y auditiva.

Así, y en referencia a la agudeza visual, el Reglamento General de Conductores establece que para el permiso de conducción tipo B se debe poseer, aún con lentes correctoras, una agudeza visual binocular (la visión recogida por ambos ojos simultáneamente) de al menos, 0.5, siendo 1 el parámetro de agudeza visual binocular considerado como óptimo y no admitiéndose la visión monocular (con un solo ojo).

"Durante la conducción, la agudeza visual, la resistencia de los ojos a los deslumbramientos y el campo visual, entre otros factores, juegan un papel fundamental, por lo que la disminución de la visibilidad, a la par de ser un problema en sí mismo, acentúa el resto de las deficiencias de la visión e incrementa el riesgo de sufrir un accidente de tráfico", agregó este experto.

Así, recomendó que realicen periódicamente exámenes visuales, especialmente, antes de utilizar el coche para realizar largos desplazamientos, como es el caso de Semana Santa.