El nuevo obispo defiende que "nadie puede suprimir directamente la vida, y menos en el seno materno"

Demetrio Fernández aclara que "no es posible el uso compartido de la Catedral de Córdoba" entre cristianos y musulmanes
Demetrio Fernández
Demetrio Fernández
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Demetrio Fernández

El obispo electo de Córdoba, Demetrio Fernández, tomó posesión del cargo hoy en un acto litúrgico en el que hizo referencia a la aprobada Ley de Salud Sexual e Interrupción Voluntaria del Embarazo, conocida como Ley del Aborto, defendiendo que "la vida es un don de Dios y nadie puede suprimirla directamente, y menos aún en el seno materno, por ningún motivo".

En su homilía, a la que tuvo acceso Europa Press, Fernández aludió asimismo a que "en la etapa terminal, la vida y la muerte es digna si se respeta y se mima a la persona hasta su último suspiro". Dos alocuciones fundamentadas para él en que, "no podemos callar sobre estos temas tan delicados y que afectan al bien del hombre".

Además, declaró que "la Iglesia no impone a nadie su forma de pensar, la fe no se impone, sino que se propone", a lo que añadió que "la Iglesia sabe convivir en medio de una sociedad plural, respetando a todos sus ciudadanos, porque es experta en humanidad".

Por otra parte, hizo referencia al uso compartido de la Catedral de Córdoba entre cristianos y musulmanes al "reafirmar con claridad que no es posible el uso compartido de la Catedral, porque ni lo consiente la religión musulmana ni cabe en la verdad de la religión cristiana ese uso compartido".

En este aspecto, el nuevo obispo argumentó que, "cristianos y musulmanes hemos de colaborar juntos en la paz del mundo y respetarnos mutuamente en la convivencia, tanto en los países de tradición cristiana, como recíprocamente en los países de régimen musulmán, en alguno de los cuales todavía hoy se persigue y se elimina a los cristianos".

"Pero acceder al tan aireado uso compartido de la Catedral por cristianos y musulmanes no contribuiría a la pacífica convivencia de unos y de otros, y sembraría la confusión propia de un relativismo que no distingue la identidad y la diferencia de cada uno", defendió Fernández.

Por otro lado, afirmó que comienza la nueva etapa de su vida "lleno de esperanza y entusiasmo, al llegar a una diócesis tan viva, como es la diócesis de Córdoba" y puntualizó que "nadie busque la construcción de su propio apartamento, sino que todos busquemos primero y ante todo la construcción de la Casa de Dios, que es la Iglesia, presente en la diócesis".

Del mismo modo, dijo a "los cordobeses venidos de la ciudad y de la campiña, de la sierra y del alto y bajo Guadalquivir" que "no presten atención a quienes denigran a la Iglesia o sacan a relucir sus trapos sucios para atacarla".

"estar a la altura"

Fernández, en cuya toma de posesión tomaron parte el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, el nuncio apostólico, el cardenal Renzo Fratini, además de 25 obispos y nueve arzobispos, incluido su antecesor en Córdoba y hoy arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ya dijo a Europa Press cuando conoció su nombramiento como obispo de Córdoba que iba a esforzarse al máximo al objeto de servir adecuadamente a la Diócesis cordobesa y con la esperanza de "poder estar a la altura", pues, según subrayó, Asenjo, "ha dejado el listón muy alto".

En este sentido, Fernández, que dio gracias a Dios por su designación, pues la entiende como "un regalo del Señor" para él y "para su Iglesia", a la vez que agradeció al Papa Benedicto XVI la "confianza" que le ha mostrado al encomendarle la Diócesis de Córdoba, pidió a los cordobeses que "recen al Señor y a la Virgen de la Fuensanta" por él, "para que esté a la altura de servir a una diócesis viva y que tiene mucha vitalidad eclesial".

En este contexto, Fernández se enfrenta al reto de que Asenjo, del que dijo ser muy buen amigo, "ha dejado el listón muy alto", siendo prueba de ello "la estima y el cariño que se le tiene en Córdoba" y que son "merecidas, pues es un hombre muy bondadoso, es un pastor bueno y entregado, al que realmente le ha costado mucho irse de Córdoba", y ahora lo que desea el obispo electo de Córdoba, ante las alabanzas que le dedicó en su día Asenjo, es "poder responder a esas expectativas".

Dedicado a la iglesia

Fernández nació en Puente del Arzobispo (Toledo) el 15 de febrero de 1950. Es maestro de Enseñanza Primaria (1969), licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1980) y doctor en Teología Dogmática por la Pontificia Universidad Salesiana de Roma. Fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1974 en Toledo, diócesis en la que desarrolló su ministerio sacerdotal.

Fue vicario parroquial de 'El Buen Pastor' (1974-1977), profesor de Cristología en el Estudio Teológico 'San Ildefonso' (1980-2002), consiliario diocesano de los Movimientos de Acción Católica (1983-1996), vicerrector (1983-1986) y rector (1986-1992) del Seminario 'Santa Leocadia' para vocaciones de adultos, pro-vicario general (1992-1996), delegado episcopal para la Vida Consagrada (1996-1998), párroco de 'Santo Tomé y El Salvador' (1996-2004), delegado Episcopal para la Evangelización y Educación en la Fe y director de los Secretariados Diocesanos de Relaciones Interconfesionales y para la Doctrina de la Fe (1998-2004).

Fue nombrado obispo de Tarazona el 9 de diciembre de 2004. Un mes después tomaba posesión. En la Conferencia Episcopal Española (CEE) es miembro, desde 2005, de las Comisiones Episcopales para la Doctrina de la Fe y para la Vida Consagrada. Es obispo asesor del Orden de las Vírgenes en España.

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