El juez deniega a la madre gijonesa que dejó solos a sus hijos en casa suspender la retirada de la patria potestad

El magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de Gijón, Lino Rubio, acaba de denegar a la joven gijonesa que dejó solos a sus hijos --de cinco años y catorce meses-- en un piso lleno de basura y excrementos de animales el conmutar la pena de retirada de potestad durante un periodo de ocho meses al que fue condenada, pese a que el Principado se hizo cargo de los niños desde el momento de los hechos, el 20 de junio de 2008, confirmaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Según las mismas fuentes, el magistrado alega que la retirada de la patria potestad por parte de la Consejería de Bienestar Social es independiente de la condena penal, por lo que aduce que ésta última debe cumplirse y que no debe tenerse en cuenta el tiempo que lleva ya separada de sus hijos, a los que visita periódicamente en el centro gijonés de menores Madre Isabel Larrañaga.

Asimismo, los ocho meses de retirada de la patria potestad empiezan a contar desde la fecha de ejecución de la sentencia, es decir, el 22 de febrero, por lo que hasta el próximo mes de octubre no podrá reclamar a sus hijos. Esta circunstancia obliga a que la vía administrativa que había iniciado para recuperar a sus pequeños se posponga.

Aunque el magistrado no conmuta la retirada de la patria potestad, sí le concedió en ejecución de sentencia la suspensión de la pena privativa de libertad, al no superar los dos años de cárcel. La mujer había aceptado una pena de ocho meses de prisión y ocho meses de retirada de la patria potestad de sus hijos, al llegar a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía.

La madre, que actualmente tiene 24 años, llegó a un acuerdo con la Fiscalía que, pese a no gustarle, lo aceptó porque lo que desea es poder recuperar la custodia de sus hijos, que están tutelados por el Principado en el centro gijonés de menores Madre Isabel Larrañaga.

Solos entre basura

El suceso tuvo lugar en el número 33 de la calle Dolores Ibarruri en la madrugada del viernes 20 de junio de 2008, cuando los vecinos del inmueble alertaron a la Policía de los gritos y los llantos que procedían del piso.

La llamada se produjo por parte de varios vecinos que a la llegada de los agentes manifestaron que desde hacía un mes que vivían ahí los menores con su madre, y que ese tipo de situaciones eran bastante habituales.

Desde el exterior de la vivienda se oía llorar a los niños y llamar a su madre, de manera que los agentes, con la ayuda de los bomberos, accedieron al interior de la vivienda donde se encontraron los niños, completamente desatendidos, sin ropa, y en el caso del bebé, con un pañal lleno de suciedad.

La vivienda estaba llena de basura, con excrementos de un gato y un perro, cristales rotos y cables de enchufes al aire. Los policías locales se hicieron cargo de los niños que fueron trasladados a un centro sanitario y posteriormente alojados en dos centros de acogida. Dos horas después efectivos de la Policía Local procedían a la detención de la madre cuando ésta se acercó al domicilio.

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