Mediante un fotomontaje, Bush aparece como un veraneante que pasea por las playas de Mar del Plata, la ciudad costera que entre el 4 y 5 de noviembre pasados acogió a la reunión de jefes de Estado de 34 países del continente en medio de estrictas medidas de seguridad.
"La idea surgió en un almuerzo de trabajo con dos compañeros. Quisimos hacer algo simpático y gracioso", dijo este martes Guillermo Vega, director general creativo de la filial local del grupo de publicidad estadounidense Young & Rubicam.
"No lo pensamos como algo político sino como una especie de instalación artística. Jugamos un poco con el tema de las medidas de seguridad que rodearon a la Cumbre de las Américas y nos pareció gracioso mostrar a Bush como un turista normal", indicó.
Aunque presumía que la difusión de las postales iba a tener "mucha repercusión", Vega se mostró sorprendido por el gran interés que despertó la iniciativa, "que de alguna manera sienta una posición y no es tan inocente".
Mediante el trucaje fotográfico, en las imágenes el presidente de EEUU sostiene una pistola de agua, juega en la arena y posa delante de la estatua de un lobo marino que es uno de los símbolos de Mar del Plata, ubicada 400 kilómetros al sur de Buenos Aires.
"Dos meses antes de la cumbre nos fuimos un fin de semana a Mar del Plata con un fotógrafo que colabora con nosotros y un modelo alternativo. Una vez tomadas las fotos, se les hizo el correspondiente retoque digital", explicó Vega. Precisó que unas 30.000 tarjetas fueron impresas por una empresa que las distribuyó gratuitamente en distintos puntos del país y "también se armó una cadena muy fuerte de envío de las postales a través de internet". En paralelo a la cita de jefes de Estado, grupos contrarios a la globalización celebraron la Tercera Cumbre de los Pueblos de América, que incluyó una marcha de repudio a Bush y concluyó con un acto multitudinario al que asistieron el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el ex futbolista argentino Diego Maradona, entre otros. La visita de Bush también fue criticada en una marcha de grupos radicales que se enfrentaron con la policía y destrozaron comercios en los alrededores del hotel en el que deliberaron los presidentes americanos, en unos disturbios en los que hubo medio centenar de detenidos.
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