Antes de tomar contacto directo con el medio natural, los nuevos 54 voluntarios (27 continúan la labor desarrollada en 2009 y, por lo tanto, repiten la experiencia), que sustituyen a los 30 anteriores, asistirán a una jornada de Formación Básica y acto seguido se incorporarán a las tareas de este espacio.

Las actuaciones de la undécima remesa, al igual que hiciera la anterior, se desarrollarán entre los meses de abril a julio y de septiembre a noviembre. En este nuevo turno se llevarán a cabo un mínimo de cinco sesiones de trabajo a media jornada, a las que hay que añadir la sesión de evaluación, la jornada de formación básica y dos sesiones de fijación de objetivos fijos.

Entre el grupo de voluntarios predominan las mujeres, algo que es una constante en estos grupos altruistas, y el grupo de edad oscila entre los 20 y 64 años, aunque la iniciativa está abierta a todos los interesados con la única condición de que sean mayores de edad.

Todos ellos mantienen una entrevista previa antes de firmar una carta de compromiso y colaboración con el medio natural del Galacho, informa el Ayuntamiento de Zaragoza en un comunicado. En la carta exponen sus preferencias y sus motivaciones que facilitan su inclusión en el grupo más afín a sus inquietudes y después, reciben una charla formativa sobre las tareas asignadas. INFORMACIÓN,

Mantenimiento y estudio de aves

Los activistas que han trabajo a lo largo del 2009 han invertido 568 horas de actividad, que han repartido entre las acciones de Información, Mantenimiento y Estudio de Aves, además de la retirada de peces de especies exóticas de la laguna de El Plano y de la construcción de un mojón informativo que señaliza el jardín estepario. Estas dos últimas actividades han sido una novedad en las tareas habituales que realizan los voluntarios en sus turnos de compromiso.

Respecto a los voluntarios que se encuadraron en el grupo de Información, los esfuerzos se han centrado en difundir entre los visitantes la importancia de las plantas del jardín estepario, desde su valor en el ecosistema hasta los usos tradicionales.

Asimismo, han tratado de controlar el crecimiento de otro tipo de vegetación. Diversas actividades y un novedoso juego de olores, ha hecho que las personas que acudieron al Galacho el año pasado se llevaran una clara idea del contenido de estas especies.

Los voluntarios han colaborado también, en las jornadas especiales que se han desarrollado en torno a este medio natural, como el día de puertas abiertas, que congregó a 600 personas en este espacio natural, o la III Edición del cuentacuentos en el Galacho.

Otro de los grupos se ocupó del Mantenimiento, cuya función fundamental fue conservar los diferentes elementos presentes en el área. De este modo, se han llevado a cabo tareas de limpieza de grafitti o de recogida de basuras depositada por el río en las épocas de crecida, eliminando hasta 50 kilos de residuos, sobre todo de plásticos.

Asimismo, llevaron a cabo tareas de control sobre la vegetación exótica mediante la poda manual de pequeños ejemplares, y el acondicionamiento de las plantas de Madreselva. El tercer grupo de trabajo enfocó su actividad al estudio de las aves. Entre esas labores destacó el seguimiento de las cajas de nido y la colocación de comedores para aves en época invernal.

Más de 250 ALTRUISTAS

El Programa del Voluntariado del Galacho de Juslibol, en cuyo plan formativo colabora la Caja de Ahorros de la Inmaculada, comenzó en el año 2000 y ha supuesto la incorporación de más de 280 personas a este proyecto que, de forma altruista, han contribuido a las acciones de conocimiento, mejora y conservación del Galacho que impulsa el Ayuntamiento de Zaragoza.

"Se trata de una iniciativa y de un grupo de voluntarios que lleva mucho tiempo trabajando, que es un ejemplo de participación activa de la sociedad y que tienen todo nuestro reconocimiento", aseguró la concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Lola Campos.

El Galacho de Juslibol es uno de los espacios naturales más importantes del término municipal de Zaragoza y es representativo de la dinámica fluvial del valle medio del Ebro. Consta de 110 hectáreas de extensión con una gran variedad de ambientes que van desde el antiguo cauce del río hasta los lagos, las estepas y el soto.

El Ayuntamiento de Zaragoza lleva 25 años de trabajos en la conservación de este patrimonio natural, dando a conocer esta zona y sensibilizando sobre la necesidad de desarrollar comportamientos responsables.