La música perdida: 10 bandas sonoras de cine que nunca se utilizaron

¿Que ocurre cuando un cineasta y un compositor se pelean? Pues, por lo general, que la banda sonora de turno se pierde para siempre... O no: te mostramos cómo podrían haber sonado 10 películas míticas, de '2001' a 'Blade Runner'.
La música perdida: 10 bandas sonoras de cine que nunca se utilizaron
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La música perdida: 10 bandas sonoras de cine que nunca se utilizaron

Ponerle música a una película es algo difícil, muy difícil. Hasta tal punto es complicado, que hay veces en los que los directores y los compositores terminan tirándose, literalmente, de los pelos. En ocasiones, la cosa acaba bien, pero si ambas partes no llegan a un acuerdo... Entonces tenemos una banda sonora rechazada, mítica especie sonora de la que sobran los ejemplos. El último caso ha ocurrido con Rogue One: Una historia de Star Wars, cuyo compositor oficial Alexandre Desplat ha dejado libre su silla para que la ocupara Michael Giacchino. Aprovechamos este cambio de última hora para desvelarte 10 músicas de cine que estuvieron a punto de perderse para siempre, pero que acabaron por salir a la luz. ¿Hará lo mismo Desplat?

Una advertencia: vete a saber por qué, las cosas del copyright suelen ser conflictivas con estas bandas sonoras rechazadas, así que no hemos podido insertar en la web todos nuestros ejemplos. Pese a ello, encontrarás enlaces a los temas correspondientes en todos nuestros apartados. Así pues, sube el volumen, afina los oídos, y plantéate esta pregunta: ¿Serían muy distintas estas películas si hubiesen llegado a los cines con estas músicas?

Alex North para 2001 (1969)

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Menuda perejilada le hizo Stanley Kubrick a este insigne compositor, con quien ya había trabajado en Espartaco y Teléfono rojo. Mientras preparaba su película de monos y monolitos, el cineasta del Bronx recurrió a North para componer la banda sonora correspondiente. Sólo que, cabezota como siempre, Kubrick decidió que las piezas de música clásica que había empleado como banda sonora provisional quedaban mejor en el filme que el trabajo de North, con lo que decidió emplear Así hablaba Zaratustra, El Danubio azul y las otras piezas que ahora asociamos con el Discovery de camino a Júpiter... Sin avisar a North, que sólo se enteró el día del estreno y quedó "desolado". La música de North se editó por primera vez en 1993. Escúchala aquí.

Coil para Hellraiser (1987)

Afecto a prácticas sexuales poco santas, el maestro del terror Clive Barker lo tuvo claro: para ponerle sonidos a su debut como director y presentar a los Cenobitas en sociedad, quiénes mejores que el dúo de rock industrial más viscoso de Gran Bretaña. Expertos en la combinación de ocultismo y sadomaso, los Coil se curraron unos cuantos temas de la BSO... Hasta que la productora New World decidió que sus piezas eran demasiado extremas, reemplazándolas por una partitura más convencional de Christopher Young. La música, que Barker había calificado de "vomitiva" (y era un elogio) apareció en un recopilatorio de la banda.

Prince para Batman (1989)

Lo creas o no, la intención de los productores de este filme era repartir a medias la banda sonora entre el músico de Minneapolis y el mismísimo Michael Jackson. Ante tal propuesta, Tim Burton dijo por supuesto que "ni hablar", reclutando a su fiel Danny Elfman para el proyecto. Pese a ello, Prince compuso un álbum completo de música para la película, del cual el cineasta llegó a usar algunos fragmentos como música de ambiente. El motivo de la jugada era, se supone, quitarse de encima uno de esos discos a los cuales le obligaba su contrato con Warner Bros., su odiada discográfica.

Elmer Bernstein para Gangs of New York (2002)

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Muy ancianito ya (había cumplido los 80), el compositor de Matar a un ruiseñor y Aterriza como puedas aceptó encantado la idea de colaborar de nuevo con Martin Scorsese, tras haber puesto música a siete de sus películas (entre ellas, El cabo del miedo y La edad de la inocencia). Entre dimes y diretes con los hermanos Weinstein, productores que le obligaron a retirar casi una hora de metraje, 'Marty' no se aclaraba con lo que quería, Bernstein y él tuvieron más de un roce... Y el estudio decidió prescindir de sus temas a favor de una partitura de Howard Shore. "Creo que Howard tenía algo de música por ahí guardado, y los Weinstein decidieron usarlo en la película", comentó un Bernstein bastante quemado. Aquí puedes escuchar un fragmento de su trabajo.

Lalo Schifrin para El exorcista (1973)

A Mike Oldfield se le apareció la proverbial Virgen cuando William Friedkin decidió usar su Tubular Bells para este filme de terror satánico. De un lanzamiento underground sin muchas perspectivas de éxito, el álbum pasó a convertirse en uno de los grandes superventas de los 70. Pero cada cara tiene su cruz, y el que se quedó con un palmo de narices fue el compositor argentino (Misión: Imposible, Harry el sucio...) quien vio cómo su vanguardista partitura era rechazada porque asustaba demasiado al público de los preestrenos. Y algo de verdad hay en ello: no le des al play del vídeo de arriba si quieres dormir bien esta noche.

Bernard Herrmann para Cortina rasgada (1966)

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Es triste cuando una relación larga se rompe. Y es más triste aún cuando dicha sociedad parte peras por culpa de las intromisiones de un estudio. Tal es el caso de este filme, una de las últimas obras maestras de Alfred Hitchcock: ¿en que estaría pensando la productora Universal cuando encargó al músico de Psicosis y Vértigo una banda sonora así como ligerita y pegadiza, que incluyera -a ser posible- una canción para que Julie Andrews se luciera? Por supuesto, Herrmann hizo lo que le dio la real gana, Hitchcock y él se pelearon especialmente a cuenta de una escena (puedes verla aquí con su partitura) en la cual el cineasta prefirió prescindir de la música, y el equipo se rompió para siempre.

Tangerine Dream / Jerry Goldsmith para Legend (1985)

Atención, porque este caso es raro de verdad. Pergeñada por un Ridley Scott recién recuperado del batacazo de Blade Runner, y con Tom Cruise de protagonista, esta revisión moderna de los cuentos de hadas resultó un desatre aún mayor durante su producción, con cortes drásticos a cargo de la productora... Y la música original del compositor de Alien reemplazada, en el estreno estadounidense, por los aires techno-progresivos del grupo berlinés, considerados más afines a un público joven. Para aumentar el mareo, los temas del indignado Goldsmith sí ocuparon su lugar en el montaje estrenado en Europa. Así que, al final, acabamos con dos bandas sonoras descartadas por el precio de una. Años después, Goldsmith tuvo otro rifirrafe con Scott, debido al cual su banda sonora para Gladiator, rechazada por el director, permanece perdida e inédita.

Henry Mancini para Frenesí (1972)

La música perdida: 10 bandas sonoras de cine que nunca se utilizaron

Más versátil de lo que suele creerse, el compositor de La Pantera Rosa y Desayuno con diamantes también sabía poner de los nervios al público: óiganse para probarlos sus temas para Sed de mal o Chantaje contra una mujer. De ahí que un Hitchcock de regreso en Gran Bretaña y preparando su último gran thriller contase con él para reemplazar a Bernard Herrmann. Pero, en este caso, a 'Hitch' le ocurrió todo lo contrario que con Cortina rasgada: la música que le entregó Mancini resultó demasiado siniestra para sus intenciones, con lo que acabó tirándola a la papelera. El músico, por su parte, la recicló para una de sus grabaciones orquestales. Puedes escuchar un fragmento aquí.

Vangelis para Blade Runner (1982)

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"¡Un momento!", exclamará el lector melómano, "¡pero si la música de Vangelis llegó a usarse en esta película!". Y tendrá razón. Pero el caso es que Ridley Scott (sí, él de nuevo) y el teclista griego tuvieron un verdadero conflicto épico sonorizando la historia de Harrison Ford y los replicantes. Con lo cual muchos de los temas compuestos por Vangelis quedaron fuera del montaje final (como la preciosa Rachel's Song), sino que el ególatra músico de Carros de fuego no permitió que su BSO se editase en forma de disco, lanzando la productora una pachanguera versión orquestal. En 1994, los temas perdidos por fin vieron la luz tras años de grabaciones piratas... Pero en una versión remezclada, y en la que faltaban algunas de las piezas. Para aumentar el follón, Vangelis lanzó una edición en 2007 en la cual, pese a tratarse de un doble cd, faltaban piezas como el mítico tema final.

Brian Eno para Dune (1984)

"Banda sonora de Toto, y Tema de la profecía por Brian Eno", rezaban los créditos del filme más conflictivo de David Lynch. ¿A qué se debía este crédito tan raro? Pues a que, entre los muchísimos chascos que el genio de Montana se llevó adaptando el libro de Frank Herbert (recordemos: cambios forzosos en el guión, negativa a su idea de filmar en blanco y negro, infernal rodaje en México) hubo sitio también para los conflictos musicales: Lynch quería adjudicar la BSO al alopécico autor de Music For Airports, a lo que el productor Dino De Laurentiis dijo "nones". El magnate acabó imponiendo la presencia de los Toto, grupo de rock de estadio muy de moda en la época, pero se rumorea que Eno compuso y grabó una BSO completa, de la que sólo llegó a salvarse esta evocativa pieza. ¿Se recuperarán algún día el resto de los temas? Sólo Lynch y el músico lo saben.

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