La Policía inició la investigación a principios de enero, al percatarse de que un vecino de Burjassot se estaba dedicando a vender hachís —especialmente a menores de edad— en parques próximos a su domicilio, así como en zonas cercanas a centros educativos y la universidad de Burjassot y Godella.

Los agentes averiguaron la identidad del sospechoso y descubrieron que su principal proveedor era un joven, vecino de Valencia, de origen venezolano, que formaba el vértice de pequeños traficantes al menudo en las localidades de Burjassot y Valencia. Supuestamente se encargaba de suministrar hachís, marihuana y, en ocasiones, cocaína, a otras personas de características parecidas a las suyas.

Tras varias vigilancias, los policías lograron identificar al principal proveedor y, por tanto, cúspide de la pirámide organizativa desmantelada, un joven de 26 años, de origen argelino, que era el encargado de suministrar la droga.

Una vez identificados todos los sospechosos y localizados los domicilios que podían estar utilizando para este tipo de actividad ilícita, ayer de madrugada los agentes detuvieron a 16 personas y realizaron nueve registros, así como desmantelaron tres laboratorios de cultivo de marihuana en pisos de Valencia, Alboraia y Burjassot. En los registros intervinieron 10 kilos de hachís; 30 gramos de cocaína; 37 pastillas de éxtasis; y unos 10.000 euros.

Entre los detenidos se encuentran dos venezolanos y dos argelinos, y el resto son españoles. Tres de ellos han sido puestos en libertad con cargos tras ser oídos en declaración, mientras que el resto, seis de ellos con antecedentes policiales, pasaron hoy a disposición judicial por tráfico de drogas y asociación ilícita.