Por qué 'Tan fuerte, tan cerca' no debería ganar el Oscar

Continuamos el serial que empezamos ayer con The Artist, en el que en CINEMANÍA explicamos los motivos por los que las 9 candidatas de este año a la categoría más importante de los Oscar no merecen llevarse ni por asomo la preciada estatuilla. Le toca el turno a Tan fuerte, tan cerca, que es con La invención de Hugo, la única de las nueva candidatas al Oscar a Mejor Película que todavía no se ha estrenado en la cartelera española –llegará el 13 de marzo–. El filme de Stephen Daldry (Las horas, Billy Elliot) es en principio el menos favorito de los nominados, pero por si acaso aquí van algunos argumentos y vaguedades para echar por tierra la película post 11-S con Sandra Bullock y Tom Hanks.

1. Tom y Sandra malgastando su crédito.

Si los académicos decidieran los cástings de todas las películas de Hollywood Tom Hanks siempre sería el protagonista. Sandra Bullock quedaría finalista con Julia Roberts y se repartirían entre ellas dos los papeles. Conscientes de su enorme peso, cualquier película en la que Tom y Sandra aparezcan siempre será susceptible de atraer nominaciones por el simple hecho de que las suyas las ven todas, mientras que joyas como Win Win (Ganamos todos) no saben ni que existen. A la Bullock le salió bien la jugada hace dos años con un telefilme mediocre como The Blind Side, pero el Sr. Hanks ya no puede engañar a casi nadie por culpa de una carrera que acumula fiasco tras fiasco. Si tenían algo de crédito, están a punto de agotarlo con Tan fuerte, tan cerca, una película en la que sus papeles son tan breves –casi cameos– como malas y desentrenadas sus interpretaciones.

2. "Chaval, ¿por qué no te callas?"

El protagonista de la película es Thomas Horn, un debuntante de 14 años fichado por Stephen Daldry tras verle concursar (y arrasar) en Jeopardy, el concurso más popular de la televisión en EE UU. Su trabajo es sencillamente inolvidable: con una sola película ha conseguido situarse en lo más alto del ránking de niños repelentes e insoportables de la historia del cine. Acelerado, gritón, bipolar, pleno en aspavientos, Horn baja a una velocidad imparable por la cuesta abajo de lo humanamente tolerable. La culpa habría que repartirla, todo sea dicho, con el director –¿no vio durante semanas lo que cualquiera percibe en un segundo?– y Tom Hanks, que jalea cada ejercicio de sobreactuación del benjamín.

3. 11-S: Cuidado, material sensible.

Tan fuerte, tan cerca tiene entre sus objetivos tratar "de otra forma" las secuelas trágicas del atentado al World Trade Center. Si la pretensión era terapéutica, Daldry tiene la delicadeza de un martillo hidráulico y una tremenda falta de pudor para manipular el trauma de sus personajes con el único fin de convertirlo en algo bonito. Poco más de una década después del 11-S, con heridas profundas que el tiempo no ha cicatrizado, la superficialidad de esta película más que a asimilar el trauma sólo contribuye a trivializarlo.

4. Scott Rudin, el todopoderoso.

Productor de No es país para viejos o La red social, no hay año que Scott Rudin rivaliza con los hermanos Weinstein en poder de seducción a las académicos. Algún día habrá que investigar cuáles son sus métodos para que todos los años logre colocar un par de sus películas entre las nominadas. Es de suponer que el invento éste de que haya nueve o diez finalistas siempre ayuda. El cupo de este año lo ha cubierto con Moneyball, en mi humilde opinión, una indiscutible, y la otra podría haber sido Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres, pero ha sido Tan fuerte, tan cerca, una apuesta muy personal de Rudin, por la que está recibiendo algunas de las peores críticas de su trayectoria. Y eso que estamos hablando de uno de los responsables de Línea mortal o Sister Act 2.

5. ¿Quién demonios es Stephen Daldry?

Curtido director de teatro en el West End londinense y en Broadway, Stephen Daldry ha hecho antes de Tan fuerte, tan cerca otras tres películas: Billy Elliot, Las horas y El lector. Por todas fue nominado en la cateogría de mejor director. Repito: por todas. ¿Es posible que este artesano cinematográfico haya sido más celebrado por la Academia que Tim Burton, Pedro Almodóvar o Christopher Nolan? ¿Estamos locos o qué? ¿Contra quién ha empatado este señor? Al menos este año no ha entrado en la terna de directores finalista, precisamente cuando ha asumido más riesgos que nunca, forzando una identidad de autor y quedando en caricatura del Danny Boyle de Millones.

Tan fuerte, tan cerca se estrena el 16 de marzo.