Con motivo de la conmemoración hoy del Día Internacional de la Mujer, las representantes de EB defendieron que las iniciativas políticas y legislativas deben "dirigirse a todos y cada uno de los aspectos estructurales de discriminación y violencia".

"Éstas deben abordarse con medidas preventivas y transversales, basadas prioritariamente en el objetivo de modificar los valores sociales que aún permiten y potencian las situaciones de desigualdad entre mujeres y hombres", reivindicaron.

De este modo, demandaron "conseguir el libre derecho a decidir sobre el propio cuerpo, exigiendo el aborto libre y gratuito sin ningún tipo de tutelaje patriarcal". "Su despenalización sigue siendo una reivindicación fundamental", manifestaron.

Asimismo, añadieron que la conciliación entre la vida laboral y familiar "de momento es, igualmente, una expectativa". En este sentido, lamentaron que los hombres "siguen sin compartir equitativamente las cargas familiares y las tareas domésticas", y subrayaron que, "para que esto ocurra no es sólo necesario leyes que lo regulen, sino también, y mucho más importante, crear una conciencia social de igualdad que transforme la cultura patriarcal y sexista que aún existe".

Desde EB, advirtieron de que la repercusión de la crisis en el mercado laboral es, en el caso de las mujeres, "cada día más alarmante". "La ya permanente precariedad, la desigualdad salarial y la discriminación por razón de sexo o por el estado civil de las mujeres, que condiciona su acceso al empleo y a los trabajos estables, ahora más que nunca están patente en todos los contratos que se realizan a mujeres", denunciaron.

En su opinión, "el riesgo más temible" para las mujeres, en una situación de crisis "de la gravedad de la actual", es la retracción de su incorporación al mercado laboral "e incluso un retroceso en su tasa de actividad ya de por sí muy baja", así como "el retorno de muchas a las labores domésticas y de cuidados familiares", lo que "puede producir una involución sin precedentes hacia los viejos roles patriarcales que estamos intentando combatir".

Por otra parte, reclamaron que los "alarmantes" índices de pobreza, que afectan "con mayor rigor" a las mujeres inmigrantes y a las mujeres mayores con pensiones mínimas o no contributivas, hacen "más apremiante aún" el reforzamiento del "Estado Social" y de los sistemas de protección.

Tras apuntar que, "de los 2.470.700 trabajos a tiempo parcial de último trimestre, 1.917.800 son ocupados por mujeres (101.800 más que hace tres meses) y la tasa de paro femenina está en el 19,07 por ciento", insistieron en que "las consecuencias son aún mayores para las mujeres debido a las desigualdades históricas que ya de por sí se arrastran".

En este contexto, demandaron que "la igualdad no puede esperar" y subrayaron que "sólo con la igualdad efectiva y real las mujeres podremos superar las condiciones que nos están imponiendo".

Inversión en sectores no masculinizados

Por ello, exigieron que la inversión pública "prime" inversiones e infraestructuras de servicio público, no limitándose a sectores eminentemente masculinizados como la construcción, el asfalto y el automóvil". Del mismo modo, reclamaron que "se acabe de una vez por todas con las diferencias salariales" entre hombres y mujeres en puestos de trabajo de igual valor.

Entre las medidas planteadas por EB, también se encuentran incluir "obligatoriamente" en los contratos públicos medidas "reales" de igualdad en la contratación y en el empleo, así como obligar a las empresas públicas y privadas a que tengan planes de igualdad.

Reconocer la contribución económica de las mujeres en los trabajos "no considerados como productivos" como la crianza, el cuidado o las tareas domésticas, y que se asigne el 5 por ciento del total de los presupuestos públicos a políticas "específicas y transversales" son otras de sus demandas.