'Un monstruo viene a verme', ¿camino a los Oscar?

En principio, la noticia de que Un monstruo viene a verme retrase su fecha de estreno en EE UU debería dar mala espina. El nuevo filme de J. A. Bayona, con Sigourney Weaver y Felicity Jones como protagonistas y Liam Neeson prestando su voz al monstruo titular, no llegará a las pantallas estadounidenses el 21 de octubre, como había sido anunciado: en lugar de eso, Focus Features, su distribuidora al otro lado del charco, ha decidido lanzarla el 23 de diciembre en un estreno limitado de 1.500 pantallas, para después llevar a cabo su estreno masivo el 6 de enero. ¿Significa eso que la compañía se ha dado por vencida en lo que a la película se refiere, pensando que el público de la superpotencia no la apreciará? Más bien todo lo contrario.

Retrasando el estreno americano de Un monstruo viene a verme, Focus ha mandado la película a la llamada 'Awards Season', o "temporada de premios". Hablamos del período, entre noviembre y febrero, en el que se entregan los principales trofeos de la industria del cine estadounidense, con los Oscar como punto culminante. Según señalan Entertainment Weekly, IndieWire y otros medios en lengua inglesa, eso supone un movimiento arriesgado, pero que tal vez lleve al filme de Bayona de camino hacia las estatuillas doradas: llegando a las pantallas en diciembre, este cuento siniestro sobre la imaginación desbocada de un niño (Lewis McDougall) cuya madre está muriendo de cáncer podría aprovecharse del éxito que las películas más trágicas y lacrimógenas tienen en EE UU durante la temporada navideña. Y, de ahí, a las nominaciones.

"Un estreno en Navidad nos da cancha para hacer buenas sumas en taquilla, y más tiempo para aprovechar el boca oreja", ha declarado a IndieWire Jim Orr, uno de los responsables de Focus Features. Y prosigue: "Bayona ha creado algo muy original, y confiamos en que el público se dará cuenta lo acogerá como algo especial". De esta manera, el cineasta barcelonés podría tener una visita triunfal a los Premios de la Academia tras la gran acogida de la que disfrutó Lo imposible en 2011, y antes de precipitarse del todo a la dimensión blockbuster con Jurassic World 2.