Al primero de los conductores se le condena a prisión por un delito de homicidio imprudente grave, al conducir bajo los efectos del alcohol; y al otro, a una multa al considerársele responsable de faltas de homicidio por imprudencia leve.

Los hechos sucedieron en junio de 2007 en la carretera nacional 629, a la altura la localidad de Colindres. Por ella circulaba bajo los efectos de alcohol J.M.V., al doble de lo permitido en la vía.

Por la misma carretera transitaba el otro vehículo, conducido por I.R.S., quien se situó en el carril central de espera para acceder al ramal de enlace con la autovía A-8. Tras hacer el STOP, inició el giro para realizar el cambio de dirección, pero lo hizo sin prestar atención y, en consecuencia, no vio que por el sentido contrario venía el primer vehículo.

Ambos chocaron frontolateralmente, y el golpe hizo que el primero de los vehículos se desplazara hacia el margen derecho de la calzada, atropellando a dos peatones que caminaban por la isleta en la parte derecha de la vía.

Los peatones, un hombre de 78 años de edad y una mujer de 73, sufrieron politraumatismos y fallecieron posteriormente.

Por estos hechos, el Juzgado de lo Penal número 4 de Santander condenó al primero de los conductores a dos años de prisión por dos delitos de homicidio por imprudencia grave (uno por cada una de las muertes), además de a tres años de privación del derecho a conducir vehículos.

Y se le impone una indemnización a los familiares de las víctimas por valor de 91.928 euros.

Al segundo conductor se le fijaba una multa de 16.200 euros por dos faltas de homicidio por imprudencia leve.

Contra la sentencia del juzgado de lo Penal planteó un recurso la aseguradora del primer conductor, responsable civil subsidiaria, que alegaba diferencias de cálculo en la responsabilidad que ahora se consideran "claramente insuficientes", por lo que la Audiencia rechaza la reclamación y confirma el fallo inicial.