Sin renunciar al plato de cuchara

Una de las cosas que más se echa de menos cuando alguien empieza a vivir solo es comer platos de cuchara.
Las lentejas, las judías o el puchero desaparecen de la dieta del recién emancipado por la falta de tiempo y la imposibilidad de cocinar este plato de ración en ración. Aquí van algunos consejos para solucionarlo:

Paso a paso

Dedica un día del fin de semana a preparar una buena olla de legumbres.

Compra en cualquier supermercado tarteritas de papel de aluminio con tapa de cartón metalizado.

Deja que se temple el guiso y vierte una buena ración en cada recipiente, tápalo y mételo en el congelador. Ahí aguantará varias semanas o meses, dependiendo de las estrellas del frigorífico.

A la hora de consumir, basta volcar la ración de una de las tarteras en un plato y calentarlo en el microondas.

Por otro lado, es muy útil saber que a la hora de congelar filetes, es mejor envolverlos en papel film uno a uno. Así, sólo tendrás que descongelar el que te vayas a comer.

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