En el acto, además de presentarse la cámara Cafadis, una tecnología revolucionaria desarrollada en la ULL para la generación de imágenes tridimensionales que supone una alternativa muy competitiva a las soluciones técnicas que existen en la actualidad, se presentaron los resultados del programa.

En la intervención del técnico responsable de la Protección y Explotación de los Resultados de la Universidad de la Laguna, Lorenzo García, se sugirió al Gobierno de Canarias que oriente alguna de sus líneas de financiación pública hacia la posibilidad de que la Universidad de La Laguna, y en concreto la OTRI, pueda disponer de recursos económicos que les permitan fabricar prototipos para validar las tecnologías en poco tiempo y poder comercializarlas con mayor éxito.

"Necesitamos líneas de financiación que nos ayuden a madurar la tecnología de una forma ágil y rápida", indicó en un comunicado el técnico, quien añadió que "es preciso conocer en un periodo de seis meses si una idea es viable desde el punto de vista técnico".

El experto consideró que las líneas de financiación actuales, orientadas a sufragar sólo la elaboración de planes de empresa, no son suficientes cuando se trata de alta tecnología y no solucionan el objetivo final de desarrollar empresas de base tecnológica, ya que en alta tecnología se necesita una fase previa de desarrollo técnico que normalmente se olvida y es muy difícil de superar para los centros públicos de investigación.

"Después de realizar la investigación se necesita hacer un desarrollo de la tecnología, es decir, fabricar un prototipo. Pasar de lo primero a lo segundo para una universidad es un proceso muy lento, dado que, ni las convocatorias tradicionales de financiación de la investigación ni el propio funcionamiento de los centros, están articulados para pasar de forma rápida del concepto a la prueba real", dijo para añadir que cuando se trata de aprovechar oportunidades de negocio es necesario tener lo más pronto posible una prueba de concepto. "Esperar cinco o seis años para disponer de una prueba convincente puede significar que una tecnología prometedora fracase. Necesitamos acelerar el proceso en la medida de lo posible", afirmó.COMERCIALIZACIÓN

Además, Lorenzo García insistió en que se fomenta la elaboración de planes de empresa pero no se tiene en cuenta la dificultad de desarrollar una empresa, cuando está basada en tecnología, si no se dispone de una demostración real de esa tecnología. "Sin un prototipo como prueba de un concepto teórico es muy difícil convencer a un inversor de que se vincule a una idea empresarial de este tipo, y, por otro lado, es muy complicado involucrar a los investigadores en una idea empresarial y que ellos mismos se ilusionen", añadió. En su opinión, "los inversores y los promotores necesitan creérselo, necesitan un prototipo para animarse a comercializar su idea".

Por tanto, que la OTRI pueda disponer de capital para fabricar prototipos de las tecnologías que considere más viables permitirá además un ahorro de costes considerable. "Aunque parezca lo contrario, invertir en la fabricación de prototipos significa ahorrar dinero", dijo.

Según indica Lorenzo García, los costes de mantenimiento de las patentes van aumentando considerablemente a medida que pasa el tiempo, si no se comercializa la tecnología y se obtienen beneficios la situación se hace insostenible.

"Disponer de un prototipo lo más rápido posible supone ahorrar costes dado que se conseguiría licenciar la tecnología más rápido, y, por tanto, amortizar la inversión gracias a los beneficios que se generan en esa explotación comercial. En caso contrario, sólo estaríamos gastando y no recuperaríamos nada, que obviamente es insostenible. Para eso es oportuno orientar las convocatorias de financiación de tal forma que resuelvan los problemas de las universidades, de tal forma que se permita la contratación de investigadores a largo plazo, y la fabricación de prototipos a corto plazo", concluyó.