Tanto los jardines de infancia como las niñeras profesionales estarán obligadas a ajustarse a ese currículo, destinado, según quienes lo han elaborado, a ayudar a los pequeños, desde su más tierna edad, a comparar, clasificar y reconocer símbolos.

Es la primera vez que el Gobierno, acusado por sus críticos de Estado nodriza, prescribe lo que los pequeños han de aprender en la práctica desde el momento de nacer hasta que el comienzo de sus estudios primarios.

Niños controlados desde pequeños

La Confederación Nacional de Asociaciones de Padres y Profesores advirtió de que de esa forma "desde el momento de nacer, el niño va a verse gobernado por el ministerio de Educación", denunció Margaret Morrissey, su portavoz.

Algunos expertos se quejan de que el plan deja poco espacio para la creatividad infantil y reduce el margen de maniobra de los responsables del cuidado de los pequeños.

"No queremos sentar a los bebés en sillas y obligarlos a aprender a contar y a escribir si no es apropiado", explicó la responsable de enseñanza infantil en el ministerio de Educación, Beverley Hughes.

El currículum se basa en un documento publicado hace dos años que da una serie de consejos para la observación cuidadosa de la evolución de los pequeños desde el momento de nacer hasta cumplir 38 meses.

El Gobierno designará a inspectores para que comprueben si los niños cumplen los requisitos que caracterizan al "niño sano" y que incluyen su capacidad para expresar "alegría, tristeza, frustración o temor y el desarrollo de estrategias para hacer frente a nuevas situaciones".

Esta educación podría no ser para todos los británicos

A pesar de esas exigencias, el proyecto de ley en cuestión no garantiza a los padres trabajadores que alguien podrá ocuparse de sus hijos durante su ausencia a pesar de las promesas del Gobierno de que ese servicio tendrá carácter universal.

Las autoridades locales tendrán la obligación legal de proveer ese tipo de servicios a los padres que trabajan sólo "cuando sea razonablemente viable".