Va a tener mucho sentido del humor y sobre todo fluidez de contenidos. Seremos muy camaleónicos.

Y usted, ¿será otro Boris?

Seré un Boris fantástico. Voy a ser todo lo desinhibido que la muchísima seriedad de Crónicas marcianas no me permitió ser.

Explíquese.

Crónicas era un programa con rigor y gran responsabilidad, porque tenía muchísimos espectadores y una competencia brutal. Aquí, en la tarde, estaremos aligerados de todo eso.

Entonces, ¿el exhibicionismo se multiplicará?

El exhibicionismo se multiplica y también se resta, se divide, se mide en porcentajes... Pero yo no soy un exhibicionista, eso lo sois vosotros que  pedís más y no os saciáis.

¿Tiene algún arma oculta con la que sorprenderá?

Voy a ser más urbano, civilizado y culto. Siempre me dicen: «Eres un maricón ¡pero qué culto pareces!», y ya que se sabe que soy maricón, ahora voy a ser culto.

¿Tiene nostalgia de Crónicas?

No. Es lo mismo que cuando se terminó Mecano, muy difícilmente volveremos a estar juntos los tres.

¿Esa fue una de las mejores etapas de su vida?

Fue la mejor etapa de mi vida. Jane Fonda dijo cuando ganó su primer Oscar: «Pase lo que pase, esto ya lo tengo», y ésa es mi misma sensación.

¿Sigue viendo a Javier Sardá?

Hablo con él todos los días e intentamos vernos, al menos, una vez a la semana. Ahora tenemos una relación más estrecha que cuando estaba el programa de por medio. Quieras que no, Crónicas era como Camila Parker y el matrimonio de los Príncipes de Gales: un estorbo.

¿En esta nueva etapa se ha imaginado compitiendo con María Teresa Campos?

No tengo ni la piel ni la capacidad de regeneración de Ana Rosa, y tampoco tengo el más mínimo interés de fastidiar a María Teresa, que conmigo fue toda una señora.

* Cuatro. L-V, 16.55 horas.

Bio

Venezolano, de 40 años. Escribió culebrones en su país, y en España comenzó como guionista de El super e Inocente, inocente.