La nube que se forma por estas obras está acabando con la paciencia de los vecinos. A falta de solución del Ayuntamiento, que  ha declinado regar la tierra «por el perjuicio que conllevaría para el muro», según los vecinos, empleados de la empresa constructora han regalado mascarillas para que nadie trague la «nebulosa de arena que a diario acumula la reforma», según el presidente de la asociación de vecinos del Raval Roig, Pedro Núñez.

De catastrófica y decepcionante tildan la temporada turística los comerciantes del distrito (las obras comenzaron el 15 de julio). Culpan a la reforma de su situación, ya «que impiden a los turistas pasar por la calle», según Ana, dueña de una panadería.

Y los que pasan por allí, tienen que sortear los obstáculos tapados por una calle que amanece con niebla constante. El polvo acumulado ha provocado que las persianas de las viviendas sigan cerradas, según algunos vecinos. Algo parecido les ocurre con los aparatos de aire acondicionado, que han dejado de funcionar por la «gran cantidad de arena que hay en los conductos», según Isabel,  dueña de un bar.

Pueden enfermar

«Los vecinos se exponen a  una silicosis aguda al inhalar grandes cantidades de polvo por los cortes de ladrillos», señaló ayer un experto consultado de Ibermutuamur. «Deben ponerse mascarilla porque pueden sufrir irritaciones de las vías respiratorias», dijo.

Dinos @ ) +

... dónde hay obras molestas

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