De este modo, las cuatro cajas valencianas "mejoran desde este momento de forma significativa su eficiencia, con la consiguiente mejora de su competitividad, al tiempo que refuerzan su capacidad operativa y sobre todo su capacidad financiera para financiar proyectos" que impliquen un desarrollo en la Comunitat Valenciana.

El director general de Caja Campo, Bernabé Sánchez-Minguet, expresó su satisfacción por el proceso, "y especialmente por la capacidad de ofrecer a la sociedad valenciana entidades más solventes, competitivas y con mayor capacidad financiera". "Nuestra cercanía, nuestra valencianía no se basa en palabras ni en planteamientos teóricos, pretendemos demostrarlo con hechos como es este cambio informático", según señaló.

En esta línea, incidió en su voluntad de "ofrecer a la sociedad valenciana, a su tejido empresarial, entidades eficientes y cercanas con mayor capacidad para desarrollar sus proyectos, para generar riqueza en nuestra tierra, especialmente en momentos tan complicados como los actuales, poniendo por delante los intereses de nuestros socios y clientes, de nuestra Comunidad Valencia, sobre personalismos tan habituales en una parte de nuestro sector".

El Grupo Cooperativo Cajamar, promovido por Cajamar Caja Rural, Caja Campo, Caja Rural de Casinos y Caixa Albalat y al que se acaba de sumar la Caixa Rural de Petrer es el primero que ha formalizado en España la constitución de un Sistema Institucional de Protección (SIP), tras obtener la autorización del Consejo de Gobierno del Banco de España el pasado 10 de diciembre.

Con la incorporación de Caixapetrer, las cinco cajas rurales suman activos valorados en 27.715 millones de euros, que suponen el 30% del balance de las 76 cajas rurales que operan en España. A 31 de diciembre de 2009, cuenta con 967 oficinas y 4.348 empleados en 36 provincias de once comunidades autónomas, más de 650.000 socios, 2,2 millones de clientes y un volumen de negocio cercano a 44.800 millones de euros.