El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó el lunes que la "fuerza" con la que se han impulsado los planes de reforma de los Estatutos es consecuencia "del deterioro infligido a la lógica del Estado autonómico" con los Gobiernos del PP.

En su intervención inicial en el Debate sobre el Estado de las Autonomías, aseguró que durante las dos legislaturas gobernadas por José María Aznar "se recortó el espacio de autogobierno, se debilitó el diálogo, escaseó el respeto institucional, aumentó la desconfianza y creció la litigiosidad".

Tras reiterar su postura favorable a dichas reformas -que, de momento, han propuesto la Comunidad Valenciana y Cataluña, y han comenzado a estudiarlas Andalucía, Aragón, Canarias y Baleares-, Zapatero insistió en que para poder asumir estos cambios es imprescindible que respeten la Constitución y que tengan un amplio consenso político y social.

En busca de la cohesión social

"Las reformas sólo tienen sentido si incrementan la cohesión social, y nunca si son elemento de fractura, de confrontación o de división en el seno de una comunidad", agregó.

El jefe del Gobierno subrayó que está "empeñado" en que las reformas que se aprueben "garanticen la cohesión social entre los ciudadanos y los territorios". Asimismo, el Gobierno ha aprobado sucesivamente -dijo- planes especiales "destinados a corregir los déficits ancestrales de algunas regiones".

Durante su intervención inicial en el Senado, donde  desde el lunes y hasta el miércoles se celebra el Debate autonómico, Zapatero dedicó sus primeras palabras al presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ingresado en un hospital de Madrid, a quien deseó una pronta recuperación, y al presidente de la Cámara Alta, Javier Rojo, quien esta noche ha sido abuelo.

El jefe del Gobierno recordó que este Debate "se interrumpió bruscamente" en 1997 sin volver a celebrarse durante las dos pasadas legislaturas, con lo que se "malogró la oportunidad" de hacer un análisis periódico de la evolución de las autonomías, y destacó el papel que han de jugar el Ejecutivo y los gobiernos de las CCAA para reactivar este instrumento que, a su juicio, beneficia a todos.

Maragall, "más catalán"

El presidente catalán, Pasqual Maragall, manifestó en el Senado sentirse "más catalán y español" que nunca por el bienestar que ha alcanzado el Estado tras 25 años de desarrollo autonómico, y tras del debate de la semana pasada en que el Congreso tomó en consideración el proyecto de Estatuto catalán.

Por su parte, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, consideró que llegó la hora de reconocer la "acomodación pacífica" de varias identidades nacionales en el seno de un mismo Estado, como parte de la vía gallega que propugna, que apuesta por que la identidad no ponga límites a la solidaridad.

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien habló en tercer lugar, aprovechó su intervención para reclamar el pago de la llamada deuda histórica y defender el fortalecimiento de la cooperación entre la Administración Central y las autonomías, que consideró imprescindible en materia de inmigración, un fenómeno al que la comunidad autónoma "no puede hacer frente por sí sola".

El presidente de Asturias, Vicente Alvarez Areces, expresó a Zapatero el apoyo incondicional de su Gobierno a las cuatro reformas constitucionales planteadas y consideró que este es un "momento oportuno" para llevarlas a cabo.

Subrayó que Asturias ha puesto ya en marcha la reforma de su Estatuto de Autonomía, que "se está haciendo de manera serena y rigurosa", e informó de que se han encargado estudios a una serie de expertos.

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