De paso, los celestes se cobraron una pequeña e inocente venganza con los vitorianos, uno de los clubes que denunciaron el año pasado la alineación indebida del canterano Toni Moral y que obligó al Celta a ascender dos veces.
Ritmo controlado
A diferencia de encuentros anteriores, Fernando Vázquez pudo alinear a Baiano y a Canobbio, recuperados de sus lesiones, y se notó. El uruguayo ya jugó unos minutos ante el Athletic de Bilbao, el brasileño regresó ayer tras un mes en el dique seco.
El Celta manejó el partido desde su arranque. Sin embargo, era un dominio estéril, ya que el equipo no tenía profundidad, excepto la que encontraron Baiano y Canobbio en una pared que dejó solo al uruguayo para marcar.
El gol de Jonathan en la segunda parte, en la que el Celta movió el balón con más intención atacante, tranquilizó a un equipo que no se vio forzado por un tímido Alavés que se hunde en la clasificación.
La clave, el penalti
Javi Guerrero se plantó delante del portero del Alavés, lo quebró con un regate y se fue al suelo tocado por el guardameta. El entrenador del Alavés, Chuchi Cos, se quejó, según él, «de un penalti que no ha existido».
La figura, Jonathan Aspas
El canterano sustituyó al brasileño Baiano en el minuto 60. Tuvo tiempo para remachar el penalti que había fallado Borja Oubiña y para realizar una espectacular chilena que paró Costanzo.
El dato, pitada
El estadio de Balaídos recibió con pitos al equipo del ucraniano Dimitri Piterman. No se salvó ni el ex jugador del Celta Jandro, muy increpado mientras calentaba.
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