La basílica del Valle de los Caídos ha sido cerrada a la visita turística por obras de conservación por problemas estructurales causados por la humedad, informaron fuentes de Patrimonio Nacional.

El cierre fue decretado a finales de noviembre, permaneciendo únicamente abierto el recinto y el primer vestíbulo de la basílica, es decir, el espacio de tienda-librería. No obstante, sí se permite el acceso para las misas conventuales de los monjes benedictinos, que sólo celebran un oficio religioso a las 11.00 horas. Durante el periodo de cierre la entrada al Valle de los Caídos es gratuita.

Esta restricción por motivos estructurales se suma al cierre que afectaba ya a la base de la Cruz y, por ende, al funicular que se utilizaba para acceder a esta zona. Las inclemencias climatológicas provocaron hace año y medio desprendimientos en la base de la Cruz y en el Cristo de la Piedad que se encuentra en la entrada del templo.

"Sensibles a las enormes heladas"

"Las estatuas de los cuatro evangelistas se componen de varias piezas de piedra que forman una amalgama y que tiene un comportamiento sensible a las enormes heladas de los últimos años y a las condiciones meteorológicas de esta zona, que provocaron el desprendimiento de varias piedras", indicaron fuentes de Patrimonio Nacional.

Desde entonces, los técnicos han llevado a cabo obras de restauración en La Piedad y en las esculturas de la Base de la Cruz, que han protegido con una malla.

Ahora, la humedad del interior de la basílica, construida dentro de una montaña, ha motivado el cierre para las visitas turísticas, a la espera de los informes técnicos que determinen los oportunos trabajos de restauración, "que serán complejos de acometer", sin que se conozca por ello la fecha de reapertura al público, indicaron las mismas fuentes.