Los usos del transporte urbano en Logroño bajaron un 1,59 por ciento en el año 2009, por debajo de la media nacional

Un 42 por ciento de los viajeros sigue utilizando el billete normal, lo que causa la pérdida de 35.000 horas cada año en los trayectos

Los usos del transporte urbano en Logroño bajaron un 1,59 por ciento en el año 2009, un porcentaje que se sitúa por debajo del descenso general registrado en la media nacional, según el balance de este servicio que hoy realizó el concejal de Movilidad, Domingo Dorado, quien achacó esta bajada a "la crisis". El Ayuntamiento ha presupuestado para este año 1,5 millones de euros para el transporte público.

Con todo, para el concejal, la evolución registrada el año pasado por el transporte urbano fue "positiva", ya que, de acuerdo con los datos, el año comenzó con un descenso en los usos de un 10 por ciento, una situación que se prolongó hasta mediados del ejercicio, "y que comenzó a remontar en los últimos meses, hasta recuperarse y bajar sólo el 1,59 por ciento, bastante menos que en otras ciudades".

"Esperamos que la evolución del último semestre continúe este año", afirmó el edil, quien señaló que, en cuanto a las líneas, las que más viajeros han perdido han sido las más utilizadas, especialmente la línea 4, Palacio de Congresos-Pradoviejo, con un 8,8 por ciento menos y 1,3 millones de viajeros en total.

También han registrado descensos la línea 2, Yagüe-Varea, que ha perdido un 4 por ciento de descenso y 2,2 millones; la línea 1 Los Lirios-Lardero, con un 2,54 por ciento menos y un total de 1,5 millones de viajeros; y la línea 3 Las Norias-Alberite, con un 1,44 por ciento de descenso y 1,7 millones de viajeros en total.

Por contra, destacó la "buena y satisfactoria evolución" del bus búho, con un 44 por ciento más; o la línea a La Grajera "que tiene pocos viajeros", algo más de 4.100, "pero que, debido seguramente al buen tiempo, ha duplicado sus usos".

Además, aumentaron viajeros la línea 10 El Arco Hospital San Pedro, con 1,3 millones, un 0,38 por ciento más; la 5 Madre de Dios-Valdegastea, con 911.000 viajeros, un 5,13 por ciento más; y, sobre todo, la línea 9 Pradoviejo-Las Norias, con 543.000 viajeros, un 19 por ciento más.

Respecto al tipo de billete, Dorado incidió en que "el billete normal sigue siendo utilizado por un 41,89 por ciento de los viajeros", y, si bien destacó que se ha bajado casi un 3 por ciento sobre el año pasado, "de lo que se trata es de impulsar el pago con tarjetas, para mejorar la calidad del transporte", hasta llegar al 7 por ciento de otras ciudades "porque el porcentaje actual es una barbaridad".

Según los cálculos del concejal, "se pierden cerca de 30 segundos en pagar con dinero", con lo que, en conjunto, "se pierden cada año 35.000 horas en los trayectos del transporte urbano". "Si todo el mundo pagase con los bonos, la línea 2 ganaría 10 minutos; la línea 1, ganaría 12 minutos y la línea 10, ganaría 14 minutos en cada uno de sus trayectos, los viajeros llegarían mucho antes a sus destinos", afirmó el edil.

Precisamente, en el pago con los bonos, Dorado destacó el "éxito" que ha supuesto la puesta en marcha de las dos últimas modalidades de pago, el bonopeque, que cuenta ya con 1.054 tarjetas entregadas y 100 en espera; y el bonomés, con 305 tarjetas entregadas y "bastantes más en espera". En los dos meses que llevan en funcionamiento, con el bonopeque se han registrado 11.738 usos, y con el bonomés, 14.995.

El transporte urbano de Logroño recauda 4,26 millones de euros, para un coste global de 6,7 millones, por lo que el concejal de Movilidad destacó la importancia de las subvenciones del Gobierno central para este capítulo, que, en el año pasado, fueron de más de 854.000 euros, un 20 por ciento más, "pero es que el año anterior ya fue casi el doble y, en conjunto, desde 2005, las ayudas se han elevado un 426 por ciento".ACCESIBILIDAD.

A ello, sumó los 63.000 euros que el IMSERSO va a destinar este año para la adaptación de siete autobuses urbanos de Logroño, con rampas y otros elementos de accesibilidad. Apuntó que "se han recogido de algunos discapacitados por la accesibilidad de los autobuses, y, mientras haya una queja, se intentará seguir mejorando".

Dorado explicó que, en muchas ocasiones, las rampas se estropean "por los pasos de peatones elevados", por lo que se estudia rebajarlos en algunos casos". A ello sumó que, en el próximo reglamento, se estudia incluir que "si un discapacitado no puede subir a dos autobuses seguidos, darle un bono para un taxi adaptado", además de la implantación de dos sistemas de rampa, automático y manual.

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