Escapada a la ciudad de las tres culturas

Toledo, la ciudad de las tres culturas, es un destino en el que poder perderse un fin de semana. Incluso un día sólo, si se desplaza uno desde Madrid o un punto cercano.

Toledo ofrece entre sus murallas una espectacular muestra de la historia del arte español. Romanos, visigodos, musulmanes, judíos, cristianos...todos los pueblos que han configurado la historia de España dejaron en esta ciudad su huella. Por eso cuenta con la declaración de Patrimonio de la Humanidad.

Los monumentos son numerosos y se asoman por casi todos los rincones, aunque los más conocidos son la Catedral, la Puerta de Bisagra, el Alcázar, el Monasterio de San Juan de los Reyes, las Sinagogas de Santa María la Blanca y la del Tránsito, la Mezquita del Cristo de la Luz, el Museo del Lienzo del Entierro del Señor de Orgaz...

Pero, además, Toledo tiene el encanto de sus calles laberínticas, las vistas desde los Cigarrales (casas de campo típicas de la orilla sur del Tajo), los conventos, hoy recuperados muchos de ellos para la vida cultural y de ocio de la ciudad, sus termas romanas, los baños árabes y judíos, que muestran las señales de un pasado de convivencia. Para hacer vida nocturna, son muchas son las empresas que ofrecen paseos guiados nocturnos y muchos los lugares donde disfrutar de buena música, como un antiguo patio de vecinos o una iglesia rehabilitada como local para tomar copas en compañía de buenos amigos.

La Plaza de Zocodover es el centro neurálgico de la ciudad, lugar de referencia tanto para el turista como para los toledanos. La plaza, que ha sido testigo de todas las épocas, fue espacio defensivo de la muralla con los romanos y mercado de bestias (significado de su nombre) con los árabes. En ella se han celebrado también corridas de toros, ejecuciones de la Inquisición y justas. En sus alrededores merece la pena recorrer  las estrechas calles, las plazuelas y jardines fuera de las  rutas tradicionales turísticas.

En la Catedral Primada se encuentra la huella de todos los estilos artísticos: estructura gótica, yeserías y techos de traza árabe, el barroco en su Transparente o el neoclásico en la Puerta Llana, además de las vidrieras de los ventanales y los rosetones.

Destacan también las obras de orfebrería y joyería que guarda, entre ellas la custodia de Enrique de Arfe, su claustro, la Puerta del Reloj o las tres portadas de la fachada principal (Puerta del Perdón, de la Torre y del Escribano) y la Puerta de los Leones. Junto a la catedral se encuentra el edificio del Ayuntamiento (siglos XVI-XVII) que evoca el clasicismo italiano por su  simetría y el empleo de columnas toscanas.

El Alcázar de Toledo es uno de los símbolos de la ciudad y actual sede del Museo Nacional del Ejército. Existía ya en la Edad Media, aunque fue reconstruido en el siglo XVI por Alonso de Covarrubias.

Su construcción se remonta a la época romana. Es un edificio de planta cuadrangular y patio central flanqueado por cuatro torres cuadradas y salientes. Las fachadas son desiguales en estilo y época: la oeste es renacentista; la este, medieval con tres torreones cilíndricos y adarve almenado; la norte, plateresca; y la del sur, de estilo escurialense, levantada según planos de Juan de Herrera.