Así, Tobar insistió en un comunicado en "la necesidad de detener esta operación de venta que pretende liquidar la riqueza y el patrimonio de la ciudad y que atenta contra los intereses de los onubenses". Para la socialista, se trata de "una venta de saldo, agresiva y sin miramientos, que se realiza de espaldas a la Ley".

La portavoz del PSOE acompañada de varios concejales informó sobre las consecuencias "negativas" de la privatización de la entidad en su campaña informativa que en esta ocasión recaló en la zona del Mercado del Carmen. Así, Tobar confía en contar "en breve" con la respuesta a las alegaciones presentadas por el PSOE contra la privatización de la empresa pública Aguas de Huelva.

"Estas alegaciones pretenden detener el proceso de privatización, un proceso que se ha iniciado sin respetar la Ley, incumpliendo la normativa y valiéndose de informes y documentos sin validez", explicó la representante socialista, quien afirmó que "el verdadero objetivo de esta privatización es vender una empresa que da beneficios a todos los onubenses, una empresa que el alcalde, Pedro Rodríguez (PP), quiere vender porque necesita dinero para tapar el agujero económico de más 300 millones que ha generado su gestión".

Para la portavoz socialista, "ésta es la gota que colma el vaso de la paciencia de los onubenses y no se va a permitir que el alcalde siga adelante con su intención de privatizar la empresa, porque esto significará una subida incontrolada del agua y peor servicio". Por eso, el PSOE ha puesto en marcha una campaña, con tal de explicar "las nefastas consecuencias que tendría la privatización de la empresa pública del Agua en Huelva".

Del mismo modo, Tobar destacó que "el alcalde se ha negado a detener el proceso en contra de la opinión de trabajadores, sindicatos, grupos políticos, y sigue con su plan para vender la única empresa pública, eficaz y rentable de la capital, para seguir derrochando el dinero de todos los onubenses".

La portavoz del PSOE en el Consistorio onubense afirmó que "no se va a consentir que por la pésima gestión del alcalde los que tengan que pagar los platos rotos sean los onubenses, porque con la privatización el agua subirá y al alcalde no le importa que el servicio empeore, al dejarlo en manos de una empresa privada".