De momento, el texto contempla que la futura veguería se llame 'Camp de Tarragona', algo que desde la ciudad no se veía con buenos ojos. Aun así, Ballesteros confió en que esta batalla no está perdida.

"Ahora tenemos un recorrido posterior, ya sospechábamos que tendríamos que trabajar en trámite parlamentario", apuntó. Con esto, se refirió al presidente de la Generalitat, José Montilla, de quien afirmó que "cuando habla no lo hace porque sí".

El alcalde recordó que el presidente de la Generalitat aseguró que "si otros aspectos o nombres obtienen más consenso y es conveniente reformarlos 'a posteriori', se hará". Por eso, Ballesteros consideró que la puerta sigue abierta para trabajar y poder cambiar el nombre.

"Seguiremos trabajando para que el gobierno de Catalunya y el Parlament respeten la decisión del territorio", remarcó el alcalde, quien ya anunció que pedirá al Govern que responda a las alegaciones presentadas por más de 5.000 ciudadanos y entidades. Ballesteros confió en que "de la misma manera que se ha reconocido la capitalidad se acabará reconociendo la Veguería de Tarragona".