Durante el día de ayer, algunas de las páginas más consultadas y visitadas del mundo sufrieron extrañas mutaciones: por citar sólo unos ejemplos, la versión en inglés de Wikipedia dejaba de suministrar datos al por mayor para mostrar un siniestro pantallazo en negro, al igual que la biblia de las tendencias BoingBoing, mientras que Google tachaba su doodle en EE UU. Eso, por citar unos pocos ejemplos. Se trataba de una protesta silenciosa contra la SOPA (siglas en inglés de "Ley para frenar la piratería online") y la PIPA (ídem para "Ley para la protección de la propiedad intelectual"), dos proyectos de ley que actualmente se debaten en el Congreso y el Senado de EE UU, respectivamente, y cuyo tono extremadamente duro ha levantado protestas del propio presidente Barack Obama. Y, entre las webs españolas que se sumaban a dicha campaña, además de Barrapunto o la Asociación de Internautas, se hallaba la del profesor y experto en internet Enrique Dans. El cual, además, incluía una mención a la española 'Ley Sinde'.
Tanto los proyectos de ley estadounidenses como nuestra disposición final de la Ley de Economía Sostenible se parecen muchos: ambas dotan a los tenedores de derechos con mayores facilidades para denunciar, y al Estado para cerrar, webs que alberguen contenidos protegidos por copyright. Pero, ¿es lo mismo la SOPA que la medida de nuestro país? Para Dans, que debatió con la ex ministra de Cultura en 2009, ambas son similares, pero no idénticas. Entre sus parecidos: "Las dos permitirían cerrar páginas sin una tutela judicial efectiva, y las dos pueden ser utilizadas para provocar censura". Mientras que, prosigue el experto, la diferencia más importante es que "SOPA intenta ir un poco más allá". Eso sí, remacha: "En ambos casos se busca una censura previa por parte de los sitios y la creación de una legislación a medida de los gestores de derechos".
Es decir, que la SOPA pretende golpear a los presuntos piratas donde (presuntamente) les dolería más: en lo económico. Porque, como prosigue Enrique Dans, nuestra 'Ley Sinde' se centra principalmente en el bloqueo de páginas mediante sus DNS (algo inútil, porque "ya todo el mundo sabe cómo saltarse uno de esos bloqueos"), la intención de la SOPA es "ahogar económicamente a los sitios, sancionando a las empresas que hacen publicidad en ellos". Otra diferencia importante que señala Dans es el área de aplicación de dichas leyes. El experto insiste en que "la aplicabilidad de la 'Ley Sinde' en el extrajero es directamente ridícula". Mientras que la SOPA, al introducir también la culpabilidad por asociación, "intenta que el 'largo brazo de la ley' llegue un poco más lejos".
Siguiendo con el tema de la censura, Dans prosigue resaltando una de los aspectos más criticados de la ley española: su arbitrariedad. La 'Ley Sinde', señala, permite "denunciar sin enfrentarte a ningún tipo de represalia ni pena si la denuncia es falsa, la decisión la toma un órgano dependiente del gobierno sin que un juez pueda decir nada". Según nos recuerda Dans (y explica este artículo de Microsiervos), un magistrado sólo interviene en dos momentos del procedimiento: para exigir los datos del titular de la web infractora, y para ejecutar la resolución de los trámites. "Como los jueces daban la razón a las webs de enlaces, se las quitan de enmedio. Como dice David Bravo: 'Si no me gusta cómo arbitras, te quito el silbato y arbitro yo", explica. Además, "en caso de que quieras protestar, tienes que ir por la justicia ordinaria, que mirará tu caso dos años después con suerte". "Es una invitación a tirar con pólvora del rey", señala.
Por otra parte, también conviene señalar que ninguna de las dos leyes lesionará a las páginas que albergan los archivos pirateados, como Megavideo y Rapidshare, el verdadero espinazo del tráfico de contenidos. "Son repositorios de cualquier tipo de archivos", explica Dans, "y encima responden a las órdenes de retirada [de esos archivos] en menos de dos horas". El absurdo, señala, se acentúa con una pregunta retórica: "¿Tendría lógica castigar a Google porque los usuarios lo usan para encontrar obras protegidas por derechos de autor?". En cualquier caso, sentencia, "lo alucinante es que las decisiones que afectan a la red, que es el vehículo de innovación más importante y con más proyección de futuro, estén condicionadas a lo que hace una industria que se niega a adaptarse a los tiempos...".
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