El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, se marcó como objetivo en su legislatura mostrar la realidad del sida a sus habitantes para poner freno a la cifra de infectados en el país. Para ello, se alejó de la política negacionista y basada en hechizos de su antecesor al tiempo en el que abría las puertas a los fármacos antirretrovirales.
Sin embargo, Zuma no predica con el ejemplo y ahora los partidos de la oposición le acusan de perjudicar a las campañas públicas contra la enfermedad, después de que hiciera público que ha tenido su vigésimo hijo con una mujer que no es una de sus esposas.
El principal partido de la oposición, la Alianza Democrática (AD), dijo que Zuma, de 68 años, está enviando el mensaje equivocado a los sudafricanos, que están entre los más afectados del mundo por el sida.
5,7 millones de infectados en Sudáfrica
Por su parte, el Partido Demócratico Cristiano Africano (ACPD, en sus siglas en inglés) afirmó que Zuma está minando los intentos gubernamentales para persuadir a la población a practicar sexo seguro para combatir el sida.
"Su conducta mina el mensaje de su propio Gobierno sobre el VIH/sida, porque están hablando de sexo seguro y el presidente continúa sin usar condones", dijo el líder de ACDP, Kenneth Meshoe.
El presidente, tradicionalista que practica la poligamia y tiene tres esposas, ha reconocido en un documento legal ser el padre del hijo de Sonono Khoza, de 39 años, que se convierte en su vigésimo vástago.
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