Un joven acusado de supuestamente intentar matar a otro con un destornillador en Las Palmas de Gran Canaria aseguró hoy no recordar los hechos y argumentó que fue el otro varón quien trató de apuñalarle a él durante un forcejeo.

"Yo no portaba ningún destornillador, era él el que lo llevaba, no recuerdo si se lo quité en algún momento y no recuerdo haberle agredido con un objetivo contundente", alegó Isidro A.B.G., con antecedentes penales, acusado de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa y para quien la Fiscalía solicita una pena de siete años y seis meses de prisión.

Se da la circunstancia de que Isidro A.B.G. estuvo imputado en el asesinato del joven Iván Robaina —que falleció tras una paliza el 7 de diciembre de 2008 en la calle capitalina de Franchy y Roca— hasta el 29 de enero de 2009, fecha en la que el juez decretó el sobreseimiento de las actuaciones judiciales abiertas contra él al no haber pruebas que acreditaran su intervención en los hechos.

El acusado admitió que tuvo un incidente con un joven el 16 de junio de 2007 imputándole a éste la sustracción de su cartera. Al día siguiente, Isidro se encontró con él en una gasolinera en el barrio de Lomo de Los Frailes y se inició una discusión entre ambos.

Añadió que, en ese momento, el otro chico salió corriendo y "se perdió entre las calles". Posteriormente, lo vio circulando con una moto. Asimismo, Isidro A.B.G. rechazó haberle perseguido también en su ciclomotor, sino que, según él, fue el otro quien le persiguió hasta colisionar con el vehículo del segundo acusado J.J.V.O., que provocó que ambos se desequilibraran y cayeran al suelo.

"no le vi sangrar ni quejarse"

"Mantuvimos un forcejeo, él me dio un puñetazo y sacó un destornillador", relató Isidro A.B.G., que manifestó no recordar si durante la pelea él arrebató la herramienta a la víctima y le apuñaló. "Desde que pude me fui del lugar porque tenía miedo, no le vi sangrar ni quejarse y estaba de pie cuando me fui", apostilló el procesado, que señaló que J.J.V.O. "no intervino en ningún momento en la pelea".

Por su parte, el otro acusado, J.J.V.O., negó haber actuado "de común acuerdo" con Isidro A.B.G. a fin de interceptar a la víctima cerrándole el paso con su coche y provocando que el chico cayera al suelo.

Añadió que, tras el golpe, abandonó el lugar de los hechos porque "era una discusión fea y estaban los dos muy nerviosos". "Me paré a pedirles el seguro, pero tal como estaba la cosa lo mejor era irme de allí. Yo estaba muy asustado y por eso no llamé a la Policía", comentó.

Por el contrario, la víctima ofreció una versión distinta de lo acontecido y subrayó que cuando estaba en la estación de servicio Isidro A.B.G. intentó agredirle con un destornillador y él se dirigió hacia un parterre para coger pierdas y defenderse. A continuación, se subió en su moto y minutos después se percató de que Isidro A.B.G. le seguía.

Tras chocar contra el coche de J.J.V.O., cayó al suelo, donde "sin mediar palabra alguna", Isidro A.B.G. le clavó el destornillador "al menos cinco veces". "Sentí varias picadas y una de ellas me dejó sin respiración, mientras tanto oí —a J.J.V.O.— gritar: "Qué hiciste ¿cómo le vas a apuñalar?", explicó la víctima, que indicó que ambos acusados huyeron del lugar y él cogió la moto y fue junto a un amigo que alertó a la servicios de emergencias y a la Policía.

Además, el denunciante aseguró que "en ningún momento" él sacó un destornillador y pidió que, en lugar de una posible indemnización a su favor, se imponga a los procesados "más años en cárcel".

Su vida estuvo en peligro

Los médicos forenses que reconocieron en su día a la víctima constataron una puñalada por la espalda que logró atravesar la cavidad torácica, dejándolo con serias dificultades para respirar y que comprometieron su vida. Según los peritos, "esta herida conlleva una gravedad notoria, podía producir insuficiencia respiratoria grave y la muerte".

Respecto a posibles hematomas en la víctima como consecuencia de la caída del ciclomotor, señalaron que "probablemente se los vieran en el hospital", aunque no se recoja en el parte médico.

Asimismo, la defensa de Isidro A.B.G. preguntó a los forenses acerca de un informe de su cliente, incluido también en la causa en la que estuvo imputado por el supuesto asesinato de Iván Robaina, en el que se refleja que sufre un trastorno de personalidad de base asociado con trastornos de ansiedad. En cambio, para los forenses, "no se pueden extrapolar unos hechos a otros".

La Fiscalía solicita imponer a Isidro A.B.G. siete años y seis meses de prisión, y a J.J.V.O. la pena de tres años y seis meses de cárcel. Además de las penas privativas de libertad, el Ministerio Público reclama que Isidro A.B.G. indemnice a la víctima con 1.980 euros por las lesiones y 3.000 euros por las secuelas.