El arrestado irrumpió en la farmacia sobre las 18,00 horas del pasado día 22 de enero armado con una pistola plateada y ocultando su rostro bajo la capucha de una sudadera de color rojo puesta de revés para que posteriormente no pudiera ser reconocida. Tras amenazar a los empleados y a los clientes que a esa hora había dentro del establecimiento, se apoderó del dinero de las dos cajas registradoras y huyó a pie después de golpear con la pistola en la pantalla del ordenador, informó el Instituto Armado en una nota.

Según varios testigos, el detenido se refugió tras la huida en un bloque de pisos de la localidad de Cijuela. Una patrulla de la Guardia Civil se desplazó al lugar pero los vecinos negaron haber visto a nadie entrar en el bloque.

No obstante, los guardias civiles del equipo de atracos de la Policía Judicial averiguaron que en el bloque de pisos en el que se refugió en presunto atracador vivía la hermana de un conocido delincuente de la localidad cuyos rasgos físicos coincidían con el autor del robo.

Así, la Guardia Civil solicitó en el Juzgado de Guardia de Santa Fe autorización para entrar y registrar el domicilio del delincuente. En el registro, los agentes encontraron la pistola y las ropas que el detenido llevaba durante el atraco, así como munición real del calibre 9 milímetros parabellum.

La pistola decomisada es una pistola detonadora manipulada para hacer fuego real. De hecho, como la munición que soporta esa pistola es de menor tamaño que la que es capaz de alojar el cargador, el detenido había cortado la punta a los cartuchos para conseguir un tamaño adecuado y que la pistola funcionase adecuadamente. Ahora se investiga si tanto el arma como la ropa decomisada están relacionadas con otros atracos.

Este joven había sido detenido por la Guardia Civil en cinco ocasiones anteriores por delitos contra la propiedad y en una ocasión por amenazas con arma de fuego.