El Peset utiliza la cirugía endoscópica con láser para solucionar las obstrucciones de la vía lagrimal

Los servicios de Oftalmología y Otorrinolaringología del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia han realizado esta mañana su primera intervención de cirugía endoscópica con láser diodo para solucionar la obstrucción de la vía lagrimal. Esta técnica, conocida como dacriocistorrinostomía endocanalicular láser, se ha introducido recientemente en España y presenta "grandes ventajas" respecto a las técnicas clásicas que se utilizaban hasta ahora, según informó la Generalitat en un comunicado.

La obstrucción crónica del conducto lagrimal (dacriocistitis) es una patología muy molesta que afecta a entre el 2 y el 2,5% de la población, principalmente mujeres, y cuyas causas, entre otras, pueden encontrarse en una infección, una lesión o un tumor.

La obstrucción de este conducto que transporta las lágrimas desde la superficie del ojo hasta la nariz, hace que las lágrimas se acumulen y rebosen desde los párpados a la mejilla, provocando síntomas muy molestos como visión borrosa o irritación crónica de los párpados y dermatitis por la necesidad del paciente de secarse continuamente las lágrimas.

El doctor Luis Olcina, oftalmólogo del Hospital Universitario Doctor Peset, explicó que la única vía para solucionar estos problemas es la intervención quirúrgica. "Sin embargo, la técnica clásica que utilizábamos y que tiene muy buenos resultados, supone realizar una incisión en el lateral de la nariz para crear una nueva comunicación entre el saco lagrimal y la nariz que salve la obstrucción. Se trata de una intervención agresiva que muchos pacientes prefieren evitar", señaló.

Con la dacriocistorrinostomía endocanalicular láser se utilizan las vías anatómicas naturales para el tratamiento de la obstrucción del conducto lagrimal, por lo que se evita la cicatriz externa y se reduce la agresión sobre el paciente. Concretamente, la intervención quirúrgica se realiza introduciendo una fibra láser de 0,5 milímetros por el punto lagrimal y, siguiendo ese conducto, se llega hasta el punto de la obstrucción y vuelve a abrirse la vía lagrimal en un punto superior.

Para ello, el oftalmólogo está en todo momento ayudado por un otorrinolaringólogo que realiza un control con videoendoscopia nasal que permite localizar el punto exacto donde se abrirá nuevamente el conducto lagrimal. Una vez realizada la apertura, se dejan unos pequeños tubos de silicona para evitar que vuelva a cerrarse y que se retiran al mes y medio de la intervención.

"Además de tratarse de una cirugía mínimamente invasiva para el paciente, se reduce el tiempo de la intervención a unos 15 o 20 minutos, se realiza con anestesia local y de forma ambulatoria, sin ingreso hospitalario, con lo que el paciente puede incorporarse a su vida normal de forma inmediata", señaló el doctor Olcina.

Otras ventajas de esta nueva técnica son la ausencia de sangrado debido a las propiedades hemostáticas del láser; la posibilidad de reintervenir al paciente si el conducto vuelve a obstruirse o el hecho de que una misma sesión quirúrgica pueda intervenirse al paciente de los dos ojos si la obstrucción de la vía lagrimal es bilateral, según explicó.

De las técnicas mínimamente invasivas que existen en la actualidad para solucionar la obstrucción del conducto lagrimal, "ésta es la que mejores resultados está teniendo y con ella se evitan inconvenientes como tener que utilizar radiación sobre el paciente", añadió.

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