La Orquesta de Extremadura enviará 7.350 euros recaudados en un concierto benéfico para ayudar a los afectados

La Orquesta de Extremadura (OEX) enviará 7.350 euros a los damnificados por el terremoto de Haití, una cantidad recaudada en un concierto benéfico que se realizó con este fin y que consiguió un "lleno absoluto" de público.

Las donaciones, según señaló la OEX en nota de prensa, "hicieron cumplir con creces las expectativas de participación" para ayudar al pueblo haitiano, "que tanto necesita de esta ayuda en estos momentos para la recuperación y reconstrucción del país". El ingreso, apuntó, se hará a la ONG Médicos sin Fronteras que ha habilitado una cuenta bancaria para hacer frente a esta catástrofe.

El director general de Promoción Cultural de la Junta de Extremadura, Javier Alonso de la Torre, destacó que todos los beneficios del concierto irán "íntegramente" destinados a los afectado ya que "todas las empresas, entidades e instituciones colaboradoras con la causa lo hacen de manera desinteresada y gratuita".

El concierto, realizado el pasado 27 de enero en el Palacio de Congresos 'Manuel Rojas' de Badajoz, estuvo dirigido por el director titular de la Orquesta de Extremadura, Jesús Amigo, el director de la Orquesta Joven de Extremadura, Miguel Romea, y por el solista de fagot de la OEX, Reynold Luis Cárdenas, y tuvo una "gran acogida como demostró la ovación con la que el público cerró el acto".

Reynold L. Cárdenas, que dirigió en la última parte del concierto y de quién surgió la idea de celebrar este acto, dirigió al público unas palabras de agradecimiento por la asistencia y la colaboración. Durante su intervención citó al poeta cubano José Martí, con su máxima 'Patria es humanidad', que fue el lema del concierto.

El espectáculo estuvo divido en dos partes, de forma que en la primera, Jesús Amigo dirigió la obertura de la 'Flauta mágica' de Mozart, a la que siguió una pieza del 'Pájaro de Fuego' de Stravinsky dirigida por Romea.

La segunda parte estuvo especialmente enfocada a niños y jóvenes con un corte de concierto didáctico donde "la magia del concierto estuvo junto con la palabra, para que el espectador no simplemente vaya descubriendo los instrumentos uno tras otro, sino que siga un hilo conductor que lo lleve hasta bailar una conga". "Uno de los ritmos cubanos más cercanos a Haití", concluyó Reynold.

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