El hospital 12 de Octubre de Madrid permite al padre estar presente en la cesárea

  • Es una experiencia pionera en la que el padre está al pie del quirófano.
  • El hospital defiende la "mínima intervención" en el parto.
  • Mª del Carmen nació el 20 de enero arropada por su mamá y su papá.
  • BLOG: Bienvenidos a la vida (las fotos pueden herir su sensibilidad).

Su carné de identidad dirá de ella que se llama M.ª del Carmen Díaz Díaz, que nació en Madrid el 20 de enero de 2010 y que es hija de Trinidad y Jaime. Lo que no revelará su ‘ficha’ es que vino al mundo por cesárea en el hospital 12 de Octubre de Madrid bajo la atenta mirada de su padre y de un equipo de 20 minutos, que salió de quirófano "con los ojos vidriosos" de la emoción.

Una niña grande (pesó más de 4 kilos) y una cesárea anterior hacían imposible el parto natural. Para Jaime es su primera vez a pie de quirófano (el hospital es el único centro público madrileño que permite a los padres estar en una cesárea): "No parezco nervioso, pero la procesión va por dentro. Me han propuesto estar porque dicen que es muy bueno para la madre".

Todo "muy rápido"

Una vez dentro todo ocurre "muy rápido", como resume Trini (que ese mismo día cumplía 36 años): "Es el mejor regalo de cumpleaños". Y también lo fue la anestesia epidural que le evitó el dolor del vientre abierto que vimos el resto. Luego, la cabeza "rubita" de M.ª del Carmen abriéndose paso entre los pliegues de grasa ayudada por la mano sabia del ginecólogo.

Y de repente... primeros lloros. Nada de la cinematográfica palmadita en las nalgas que esperábamos los neófitos en partos. Ni del dramatismo asociado a esta cirugía. Y es que el equipo, siempre atento, practica la idea que ha hecho de este hospital un referente en maternidad: "Mínima intervención". Así, los padres y sus invitados se convierten en los auténticos protagonistas de un momento tan emotivo y cálido.

La cesárea, minuto a minuto

Un quirófano impoluto acoge a una mamá "con contracciones", aparentemente tranquila y muy consciente, que se emociona cuando le entregan a la pequeña recién salida de su vientre. "Con el otro fue también cesárea, pero no me lo dieron, se lo llevaron. Esto es muy diferente", asegura al borde de las lágrimas mientras siente a Mª del Carmen contra su piel. Y Jaime, "alucinado", es testigo privilegiado de cómo madre e hija se encuentran y se "huelen" por primera vez.

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