Los 15 'chispazos' de Álex de la Iglesia

18 años después de 'Acción mutante', el director bilbaíno sigue apabullándonos. Celebramos el estreno de 'La chispa de la vida' con esta colección de escenas míticas. Por YAGO GARCÍA
Los 15 'chispazos' de Álex de la Iglesia
Los 15 'chispazos' de Álex de la Iglesia
Los 15 'chispazos' de Álex de la Iglesia

Parece mentira, pero Álex de la Iglesia ya es mayor de edad... Filmográficamente hablando, claro: hace 18 años que el director bilbaíno se dio a conocer para el gran público, con esa Acción Mutante que reveló al gran público lo que los aficionados al corto ya conocían gracias a su Mirindas asesinas. La chispa de la vida llega ahora para confirmarnos esto, en forma de comedia negra (negrísima) o más bien de tragedia con risas, protagonizada por una Salma Hayek estupenda como siempre y por un José Mota nominado al Goya al Actor Revelación.

Encumbrar a un ex Cruz y Raya a las candidaturas de la Academia es la última proeza de este director tan aficionado a superar los límites de lo imposible. Como, en su día, te ofrecimos una lista de las razones por las que amamos a Álex (de su labor pionera en nuestro cine a su mítico "¡Fuerza y honor!" en los Goya) y tras cubrir su oposición a la llamada 'Ley Sinde', que le llevó a dimitir como presidente de la Academia ahora nos concentramos en lo estrictamente cinematográfico para repasar los momentos de sus filmes que se nos han quedado en las retinas. O, lo que es lo mismo, 15 chispazos de celuloide a los que debemos momentos de horror y risa, a partes iguales. Que los disfrutéis.

Aires de fiesta (y de masacre)

La película: Acción mutante (1993)

Desde su (intensiva) promoción, sabíamos que Acción mutante iba a ser una película española distinta, por decir algo. Y las escenas de violencia descarnada en el cine español tampoco eran algo tan nuevo. Pero lo que nos acabó de revelar el potencial destrozón de Álex fue esa carnicería en el contexto de una boda ultrapija... A los sones de una canción de Karina. Ni siquiera el cameo de Rossy De Palma nos había preparado para esto.

Gatito, gatito...accion_mutante

La película: Acción mutante (1993)

Siguiendo con las sorpresas del debut de nuestro héroe, podemos enumerar el jeto desfigurado de Antonio Resines, la boca grapada de Frédérique Feder, ese navío espacial tan parecido al Nostromo pero llamado Virgen del Carmen, o el inolvidable planeta Asturiax y sus mujeres compradas a medias entre todos los mineros del valle. Aun así, reconocemos que todavía no se nos ha quitado el susto de ver cómo Karra Elejalde era devorado, con gran profusión de sangre, por la espantosa mascota del grupo terrorista que daba título al filme. Insistimos: el mayor shock de la escena era el ver algo así en un filme español.

"Satánico... Y de Carabanchel"

La película: El día de la Bestia (1996)

Paranoico perdido por sus lecturas apocalípticas, y transido de dolor tras la muerte de su maestro, el padre Berriatúa (Álex Angulo) llega a Madrid en busca del Anticristo... Y acaba encontrándose con un Santiago Segura que aplica métodos de lo más contundentes para evitar el robo de discos. No sabemos qué es lo que más gracia nos hace de esta escena: si la frase que da título a este epígrafe, la lista de discos heavies presentada por el sacerdote (Napal Dez, Iron Maiden, Hace de Cé") o la forma en la que Angulo busca mensajes satánicos en los álbumes, más parecida al scratching de un DJ rapero.

"¡Padre, mire cómo vuelo!"dia_bestia

La película: El día de la Bestia (1996)

Suerte de Sancho Panza metalero para el quijotesco Angulo, el ínclito José María (Segura) es indisociable de uno de los hitos urbanos de Madrid: el anuncio luminoso de Schweppes en el Edificio Carrión. Colgado en todos los sentidos (incluyendo un monumental pepinazo alucinógeno), el personaje protagonizó la escena más emblemática del filme, superando incluso a la previa aparición de Satanás en persona, y al posterior tiroteo en la Plaza de Callao. En sus propias palabras: "¡Como los ángeles!".

Santería tenebrosaperdita_durango

La película: Perdita Durango (1997)

Hacerle un órdago a David Lynch es como jugar a las cartas con el diablo: tanto el propio Álex como sus fans lo aprendimos cuando esta secuela oficiosa de Corazón salvaje resultó ser, siendo generosos, tirando a regular. Pero, aunque Rosie Pérez no fuese Isabella Rossellini, y aunque el filme patinara en muchos aspectos, queda la imagen de ese tenebrosísimo Javier Bardem arrancando el corazón de un desdichado en un ritual narcosatánico. Señor, qué susto... Y qué revelación para este actorazo.

"¿Qué pasa contigo, tío?"

La película: Muertos de risa (1999)

¿Cómo expresar que los humoristas Nino (Santiago Segura) y Bruno (El Gran Wyoming) han llegado a la cumbre de la popularidad en la España de los 70? Pues, además de haciéndoles figurar en el Un, dos, tres, poniéndoles a hacer un playback del mítico tema de Los Golfos. Tras contemplar a Segura cantando Noelia para una horda de legionarios (y su cabra), esta fue la escena que nos dejó el cuerpo de jota, "con más arrugas que un higo y más ligues que un Don Juan".

"¡Pon cara de nada!"muertos_risa

La película: Muertos de risa (1999)

Tras una muerte en la familia, una persecución de coches y una caída en la miseria, Bruno ha conseguido por fin hundir a su odiado Nino (gracias a esa "farlopilla de la buena"), y ha encontrado un sustituto en la figura de un Eduardo Gómez as himself. El pobre suplente no sabe lo que le espera: maquillado cual Fofó y encerrado una habitación que parece decorada por el Jack Nicholson de El resplandor, Gómez es instruído por su jefe en la clave de su número: las bofetadas. Con una gigantesca mano de plástico, Wyoming trata de repetir pasadas grandezas, pero nada de nada. Y eso que, como él mismo dice, "tampoco te estoy pidiendo que me hagas Hamlet".

"Nosotros queríamos que fueras una más"

La película: La comunidad (2000)

En su primera película del siglo XXI, De la Iglesia nos reafirmó más que nunca en una idea que permea todo su cine: la mediocridad es el peor de los monstruos. Y eso quedó patente en el aterrador discurso de Emilio Gutiérrez Caba, que no para de repetir lugares comunes sobre la solidaridad y el compromiso mientras apalea a una Carmen Maura que ha cometido el pecado de no rebajarse hasta su nivel. Por una "X" en un Sporting-Real Sociedad, hay quienes están dispuestos a matar... A mucha gente.

El Matrix castizo

La película: La comunidad (2000)

Para ser un filme de tema tan madrileño, La comunidad es uno de los trabajos de nuestro héroe más lleno de guiños al fantástico y la ciencia-ficción. Así, tras obsequiarnos (por decir algo) con la imagen de un friki dándole al manubrio disfrazado de Darth Vader, y con unas escenas finales más propias de una de zombis, De la Iglesia se marcó el mayor de sus alardes con una parodia a la pujante saga cyberpunk... Protagonizada por Terele Pávez. Pese a sus años, la veterana actriz se marcó un salto entre azoteas que ni la propia Trinity.1

"Los intervalos entre putada y putada"

La película: 800 balas (2002)

Aunque su ausencia de pedantería haga difícil recordarlo a veces, Álex de la Iglesia estudió Filosofía en la Universidad. Y, para demostrarlo, nos remitimos a este fragmento de su homenaje al spaghetti western, en el que Sancho Gracia explica a su nieto el ideario de todo cowboy de la frontera. Por escoger una frase, nos quedamos con aquello de "no divertirse cuando uno puede es el mayor pecado del mundo"... Y no seguimos, que se nos saltan las lágrimas, por lo bonito.

No es El Álamo, pero podría

La película: 800 balas (2002)

Tras haber liberado esclavos (o trabajadores inmigrantes, que viene a ser casi lo mismo), celebrado una juerga de saloon al ritmo del tema punk-céltico-almeriense por antonomasia (Fiesta de The Pogues) y desafiado al poder establecido, los héroes de 800 balas pagan el precio cuando las fuerzas del mal, con Carmen Maura al frente, asaltan su poblado far west. Lo cual sirve a De la Iglesia para ofrecer una de las set pieces más apabullantes de su filmografía. Sólo que los GEO van armados con algo más que con arcos y flechas...

El horror primigeniocrimen_ferpecto

La película: Crimen Ferpecto (2004)

Como buen aficionado al género, De la Iglesia sabe que el horror toma muchas formas. Como, por ejemplo, la familia de la dependienta Mónica Cervera en esta película. Esa madre dominante, esa niña aficionada a los golpes de efecto ("¡Estoy embarazada!"), ese padre lobotomizado por la desesperación, esos garbanzos... Incluso Lovecraft se quedaría sobrecogido ante semejante espanto.

"¡Eres fea!"crimen_ferpecto_2

La película: Crimen Ferpecto (2004)

Puede que Crimen ferpecto sea un filme irregular, pero en él sobran los momentos escalofriantes. Y no podemos olvidar ese discurso pronunciado por un Guillermo Toledo muy poco antisistema... En la ficción. "¿Cuándo has visto a una fea conduciendo un Ferrari? ¿O presentando un concurso de TV?" son palabras que nos pillan más de cerca de lo que querríamos a muchos de nosotros. Apliquémonos el cuento.

Espaguetis a la Watlingcrimenes_oxford_leonor_watling

La película: Los crímenes de Oxford (2008)

Incluso escribiendo desde la admiración, tenemos que reconocer que llamar "irregular" a Los crímenes de Oxford sería un tímido eufemismo. Pero, al menos, este filme nos ofreció una interesante innovación gastronómica, cuando Elijah Wood se zampa un plato de espaguetis sobre el jugoso canalillo de Leonor Watling. Poco después, nuestro héroe se embarcó en una drástica cura de adelgazamiento. Y es que la pasta engorda mucho.

La historia de España, en créditos

La película: Balada triste de trompeta (2010)

¿Se puede resumir el intervalo que va de 1936 a 1975 en dos minutos escasos? Gracias al arte de De la Iglesia, y de su grafista habitual David Guaita, sabemos que eso es posible. Todas las metáforas sobre la historia reciente de España que el director quiso introducir en su penúltima película cabían en este apabullante alarde, digno de un Saul Bass: excusamos las conclusiones que pueden sacarse sobre el posterior desarrollo del filme.

Sexo chungo a contraluzbalada_triste_trompeta

La película: Balada triste de trompeta (2010)

¿Chungo, decimos? No: chunguísimo. Toda la sordidez que puede mediar entre una trapecista masoca (Carolina Bang) y un payaso sádico (Antonio de la Torre, espléndido como siempre). Y, además, contemplado por ese pobre Carlos Areces convaleciente de una paliza del segundo. Puede que como alusión a la idea de las Dos Españas no funcionase demasiado, pero como momento angustioso, bastó para ponernos un nudo en la garganta.

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